Casas ruinosas con orden de derribo desde hace más de un año siguen en pie

G.G.Ubierna LUGO/LA VOZ.

LUGO CIUDAD

14 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El 28 de enero de 2009, la junta de gobierno local aprobó la orden de demolición firme por ruina del número 168 de la avenida de A Coruña, esquina con la calle San Lourenzo. Más de un año y medio después, ni se ha tirado la casa ni se ha protegido el entorno con vallas para evitar que pasen los peatones junto al inmueble. Este caso no es el único: hay muchos otros similares en distintos puntos de la capital, ya que todos los procesos relacionados con ruinas aún tardan años en resolverse.

En el 2009, por ejemplo, el Concello inició varios expedientes por ruina, como, por ejemplo, en los números 410 de la avenida de A Coruña, o los 3 y 5 de la calle Xenebro, que están pegados a la anterior. En todos estos casos el procedimiento fue el mismo: se produce una declaración de ruina - física en los casos de deterioro estructural o urbanística si es por incumplimiento del plan de urbanismo-, se aprueba en junta de gobierno, y se concede una semana para que los propietarios vallen y protejan el entorno y tres meses para que presenten el proyecto de demolición.

En la esquina que forma la casa de la avenida de A Coruña y los dos de la calle Xenebro se fueron dando todos los pasos anteriores hasta que, a finales de febrero de 2009, se dio cuenta del asunto en la junta de gobierno y comenzó el plazo para que los responsables presentarán el proyecto pertinente. Más de un año y medio después, el asunto sigue parado hasta el punto de que ni siquiera se ha tomado ninguna medida de seguridad en el entorno de las casas. De hecho, las únicas vallas que hay limitan el paso a terrenos llenos de maleza que, antaño, fueron jardines o huertas particulares.

Esta situación se repite en otros números de la calle San Lourenzo, de la avenida de A Coruña o en el casco histórico.

El Concello aprobó en 2003 la Ordenanza sobre conservación, rehabilitación e estado ruinoso das edificacións y, desde entonces, se han tirado una treintena de casas, pero hay otras tantas con un expediente abierto. De hecho, todos los años se abren más procesos de los que se cierran. En el 2009, por ejemplo, solo se cerraron tres.

En unos casos, los motivos por los que la tramitación se eterniza es porque, aunque el propietario tenga voluntad de colaborar, surgen problemas con los proyectos de demolición presentados, lo cual obliga a rehacerlos y comenzar los trámites de nuevo.

En los juzgados

Otras muchas veces, los dueños de los inmuebles no están conformes con la declaración de ruina y acuden a los tribunales. Esto se da, sobre todo, en los casos en los que la ruina no es física, sino urbanística. Es decir, puede ocurrir que una persona haya reformado su casa hace menos de cinco años, pero que a pesar de ello incumpla normas de planeamiento, quede fuera de ordenación y reciba una orden de derribo.

Este será el caso de varias construcciones ubicadas en el barrio Feijoo, por ejemplo, una vez que se apruebe el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal de Lugo (PXOM). El Concello trató de negociar con los residentes para que esta situación se diera en el menor número de casos posible.