
Un jubilado de Becerreá asume la autoría de aquellas pintadas
20 jul 2013 . Actualizado a las 06:00 h.A finales del año 1963, el gobierno municipal de Vigo estaba abriendo la actual avenida das Camelias, que entonces no recibía ese nombre. La intención oficial era llamarla Circunvalación. La prosaica denominación no fue bien acogida por alguien, que se dedicó a realizar varias pintadas, con pintura negra, en cinco estratégicos puntos del trazado con una nueva y más hermosa denominación: avenida de Beatriz. Durante cierto tiempo, la prensa del momento elucubró con el origen del nombre, atribuyéndolo a un enamorado rechazado o a uno platónico. En cualquier caso, durante aquel tiempo, el nombre cuajó y los vigueses conocían el vial por aquel nombre, pero no trascendió hasta ahora cómo se había gestado el cambio.
Todo había comenzado meses antes, durante una cena en una casa de Romil, propiedad del suegro de un conocido notario de Vigo, natural de Becerreá, a la que también habían acudido este y su gran amigo Álvaro Cunqueiro. «As reunións naquela casa eran moi alegres, todo felicidade», recuerda Jesús López Roca, un jubilado de Becerreá (Lugo) que entonces también estaba en aquella casa. «Saíu o tema da rúa Circunvalación e comezaron a dicir que había que cambialo, que ese nome non valía un peso», añade Suso, entonces estudiante de Peritos.
«Unha das fillas do dono da casa chamábase Beatriz, tiña 18 anos e era moi salada», explica el testigo. Tras decidir que le dedicarían el nombre a la joven, Cunqueiro y compañía eligieron a Suso López y a un hermano de Beatriz como encargados de plasmar la idea. «Baixamos á fábrica de conservas que tiñan e collemos un cacharro de pintura e unhas brochas; a pintura era moi espesa, parecía chapapote», sigue relatando. A las dos de la madrugada, Jesús López comenzó a realizar cinco pintadas, «algunha tiña un metro cadrado de superficie», mientras que el hermano de Beatriz vigilaba la operación desde un automóvil.
En los días posteriores a la operación cambio de nombre, Cunqueiro, desde las páginas de Faro de Vigo, fabuló una historia respecto al origen de aquellas pintadas. Sin embargo, la policía realizó indagaciones en la calle y llegaron a presentarse en la casa del suegro del notario.
Una placa de mármol
«Non podo precisar o tempo que pasou, pero unha cuadrilla municipal levantou as pintadas a base de martelo e cincel porque a pintura era tan espesa que non saía fregando», retoma el relato Jesús López. Desaparecido el nombre de Beatriz, los conjurados no se rindieron. «Pasado un tempo, decidimos ir a unha marmolería do Calvario, lonxe para que non nos coñeceran, e encargamos unha placa de mármol branco cunhas letras moi bonitas co rótulo de Avenida de Beatriz; suxetámola nun muro de pedra e levoume moito traballo, pero era unha placa como Deus manda», afirma.
El sentimiento romántico volvía al ambiente. En los periódicos se volvía a incidir en la idea del enamoramiento, aunque ya se le añadía un tinte trágico al indicar que Beatriz había muerto y el amado era incapaz de soportarlo. «Inventaron o que lles deu a gana», expresa López Roca, para referirse al papel propagador del tema que tuvo la prensa, especialmente Álvaro Cunqueiro, conocedor de la realidad del asunto.
Sin embargo, este nuevo asalto en defensa de la avenida de Beatriz fue menos efectivo que los perpetrados con la espesa pintura negra. «Durou pouco, eu calculo que un mes porque alguén, uns gamberros, rompérona a pedradas, e aí morreu o conto», recuerda el testigo.
Pero tampoco acabó tan pronto porque mucha gente conocía el nuevo vial con el nombre de Beatriz. «Daquela collías no centro un taxi e dicíaslle que te levara á avenida de Beatriz e levábate sen estrañarse», explica Jesús López. En octubre de 1963, El Pueblo Gallego publicaba un reportaje al respecto en el que preguntaba a los escasos vecinos de la calle por el nombre. Muchos eran los que aseguraban que les llegaba la correspondencia rotulada con la dirección ficticia. Incluso era muchos los que apostaban por la avenida de Beatriz en vez de la Circunvalación. Finalmente, se abrió paso avenida de las Camelias. Y el debate sí se acabó.
«Unha das fillas do dono da casa chamábase Beatriz
e tiña 18 anos»
«Collemos un bote de pintura moi espesa e fixemos as cinco pintadas»