Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El Real Club Tenis Coruña, el mejor del año

LUGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El gran dominador de este deporte en Galicia en el último decenio sumó en el 2019 diecinueve títulos y dos subcampeonatos

24 dic 2019 . Actualizado a las 10:21 h.

El Real Club Tenis Coruña es el mejor del año, proclamado en la gala del tenis gallego celebrada en Lugo. De un modo incontestable, además, gracias a sus diecinueve títulos y dos subcampeonatos (individuales y por equipos en todas las categorías de edad), entre los que destacan los dos absolutos: Uxía Martínez Moral y Luis Fernández Labarta.

El Tenis Coruña recibe el distintivo como mejor club del año por parte de la Federación
El Tenis Coruña recibe el distintivo como mejor club del año por parte de la Federación

Los números son apabullantes en una entidad que comenzó su andadura en 1966, que cuenta con el título de Real desde el 2016 y que maneja unos dos mil asociados (500 socios de número, 250 licencias y 225 tenistas en su escuela, bajo la tutela de nueve entrenadores coordinados por Iago Fernández Reija).

El último decenio del tenis gallego ha venido marcado por la evolución exponencial del Real Club Tenis Coruña que, desde que hace tres años cubrió tres de sus cinco pistas de tierra (cuenta además con cinco de quick y otras cinco de pádel cubiertas) dio un salto cuantitativo que se ha traducido en un incremento del nivel sin precedentes.

Su presidenta, María José del Castillo, se enorgullece del reconocimiento obtenido: «Es un premio al esfuerzo y al trabajo bien hecho durante muchos años, que va más allá de que salgan un par de talentos en una temporada». «La escuela, con el gran compromiso de Iago Fernández-Reija al frente, junto a Rodrigo Figueroa y Carlos Chas, entre otros, está tan bien estructurada que provoca que jóvenes tenistas quieran estar con nosotros, incluso de un ámbito geográfico de fuera de Galicia y con participación en torneos de Madrid», analiza. «Nuestra capacidad de crecimiento es ilimitada y más cuando mejoremos las pitas cubiertas. El ambiente generado es excepcional y la exigencia, alta. La continuidad es clave», concluye.