En la ciudad amurallada hay una veintena de asentamientos felinos

lorena garcía calvo
lorena.garcia@lavoz.es

¿Cuántos gatos callejeros hay en el concello de Lugo? Dar una respuesta exacta es difícil, pero hay quien estima que podrían superar los 2.000. Se calcula que en la ciudad hay alrededor de una veintena de colonias felinas controladas que se fueron formando con el tiempo y que son más o menos estables. Evitar que se descontrole su población y gestionar esas colonias para que vivan en condiciones de salubridad es el reto que se ha marcado el Concello de Lugo, que en la última semana del 2020 firmó un convenio de 15.000 euros con el colectivo Michos para que sea este el que se encargue de su cuidado y control.

«Non hai ningún problema de descontrol das colonias, pero é un tema que queríamos abordar para xestionar adecuadamente. Porque ao ser gatos salvaxes, a responsabilidade é do Concello. De aí que teñamos previsto tamén redactar unha ordenanza para regular o tema», explica el edil de Medio Ambiente, Álvaro Santos.

Solo en la ciudad, sin tener en cuenta las de los alrededores ni las de O Ceao, hay controladas cerca de una veintena de colonias. Las hay en la calle Armónica, en Vilaverde, Sanxillao, Álvaro Gil, junto al Círculo das Artes, en Santo Domingo, en el Carril dos Fornos, en la Avenida da Coruña con Túnel de Oural, en la calle Filgueiro, en Poeta Xosé Vega Crecente, en la rúa Xenebro, junto al Centrad, junto a la rúa dos Francos, junto al Camiño da Fonte, cerca del Carril das Estantigas y junto al cuartel de San Fernando, entre otros lugares.

Elvira es una de las cuidadoras de colonias felinas de la ciudad
Elvira es una de las cuidadoras de colonias felinas de la ciudad ALBERTO LÓPEZ

Aunque varía mucho, en cada colonia puede haber cerca de 15 gatos, y todas estas cuentan con personas que acuden a alimentar a los animales. Algunas, incluso tienen a dos cuidadores. Mientras unas son de acceso sencillo, otras están hasta en tejados, con el esfuerzo extra que supone.

Cuando el Concello de Lugo habla de gestionar las colonias, se refiere a impedir la proliferación descontrolada de los gatos, asegurarse de que estén bien sanitariamente, adecuadamente alimentados, y también a esterilizarlos para evitar que se dispare su número. Esto último es clave. Cada gata puede parir entre dos y tres veces al año, y en cada parto puede tener tres o cuatro crías. Bien es cierto que muchos de esos gatos pequeños no llegan a convertirse en adultos.

«O que pretendemos é conter o seu crecemento, e iso pasa pola esterilización», apunta Santos, que considera que entre eso y un cuidado adecuado de los animales se reducirán las posibles molestias que ocasionen a los vecinos. Aunque no son muchas, en el Ayuntamiento sí reciben de vez en cuando quejas por los engorros que pueden generar estas colonias.

La ordenanza que Medio Ambiente planea redactar incluirá además la creación de un registro de personas que alimentan y cuidan a esos gatos callejeros. Así, se mejorará su control.

Raimundo, junto a Elvira, preparando una caseta para los gatos
Raimundo, junto a Elvira, preparando una caseta para los gatos ALBERTO LÓPEZ

«Cólleslle moito cariño a estes animais, se un día non podes ir darlles de comer sénteste mal»

Raimundo Lago es uno de los muchos lucenses que dedican parte de su día (y su dinero) a alimentar y cuidar a los gatos callejeros de la ciudad. Él calcula que en la capital puede haber cerca de un centenar de personas que, como él, intentan mimar a los felinos alimentándoles, esterilizándolos y proporcionándoles los cuidados sanitarios necesarios. «Eu sempre fun máis de cans ca de gatos, pero cando me xubilei, un día, vin un gatiño na rúa e deume pena. Era aló polo ano 2004 na Milagrosa. Collinlle afecto e empecei a darlle de comer, e cando me dei conta xa estaba coidando dúas colonias. Cólleslle moito cariño a eses animais, se un día non podes ir darlles de comer sénteste mal», apunta el voluntario. Cada jornada, Raimundo se encarga de dar de comer a las dos colonias que tiene a su cargo y presume de conocer a todos los integrantes. «Chámolles polo nome. Nunha xa están todos castrados e desparasitados», desgrana. Esos gatos de la calle son para él como sus propias mascotas, y la prueba está en que les da de comer igual que a los animales que tiene en casa. Hay quien también, en otras colonias, habilita cierres en las fincas para que los mininos no corran peligro.

 Aunque en el tema de los cuidados de los gatos callejeros también hay vertientes, Raimundo es de los que opina que la clave está en castrarlos a todos. Así se evitará que su población se dispare y se podrán cuidar sin contratiempos.

En Lugo hay cerca de una veintena de colonias felinas controladas
En Lugo hay cerca de una veintena de colonias felinas controladas ALBERTO LÓPEZ

Para Raimundo, los gatos se han convertido en algo más que un pasatiempo, pero reconoce que no todo el mundo lo entiende, e incluso se encuentra con vecinos que torpedean su labor. «Acórdome ao principio que había xente que me chamaba a atención por darlles de comer. Dicíanme que estaba tolo e querían matalos. Eu sempre trato de calmar os ánimos e que comprendan que o camiño non é envelenalos. Afortunadamente, hoxe xa hai máis conciencia. Ademais, estando ben coidados e sans, eses gatos son beneficiosos para os contornos. Entre outras cousas, encárganse dos ratos que hai cerca», defiende. Hace un llamamiento para que los vecinos ni abandonen ni se lleven gatos de las colonias.