El Concello de Lugo recuperará los bancos, pintará 92 farolas y hará otras mejoras en la zona verde
06 may 2021 . Actualizado a las 14:15 h.En julio del año 1921, hace casi un siglo, el entonces alcalde de Lugo, Ángel López Pérez, lideró la aprobación en pleno de la creación de una zona verde en la pujante ciudad que acabaría convirtiéndose en lo que hoy es el parque de Rosalía de Castro. Con el centenario de la zona verde a punto de cumplirse, el gobierno de Lara Méndez ha impulsado un plan para mejorarlo, además de organizar actividades para conmemorar la efeméride.
El lavado de cara del parque de Rosalía incluirá recuperar más de 200 bancos de madera. Esta tarea ya comenzó a manos de los trabajadores del programa sociolaboral Muramiñae Rehabilita, que cofinancian los fondos Feder. A mayores, se pintarán 92 farolas y se repondrán los azulejos caídos. También se limpiará la piedra y las estatuas que salpican el entorno y la pintura en la zonas que lo precisen. Para perfilar el pulmón verde del centro, que hace un siglo supuso adquirir 94.656 metros cuadrados de parcelas que costaron 91.078 pesetas, y que más tarde se irían ampliando, también se arreglarán los alcorques que lo necesiten, se cambiarán papeleras y se acondicionará mejor (y ampliará) el área infantil, recientemente renovada.
Algunas de estas mejoras ya están en marcha, y otras se llevarán a cabo entre este mes y el próximo. Más para delante, también se prevé recuperar el edificio construido allí en su momento y buscarle un uso adecuado. Para conmemorar el centenario, la intención del Concello de Lugo es difundir entre la ciudadanía su historia y su riqueza natural y patrimonial. No hay que olvidar que se trata de un Bien de Interés Cultural. «Queremos que os lucenses e as lucenses descubran todos os segredos desta zona emblemática», señaló la alcaldesa. Para ello, el historiador Adolfo de Abel Vilela, que fue junto al arquitecto César Portela autor del Plan director del parque, ha escrito un libro sobre el lugar. También se prevé una exposición.
El de Rosalía, conocido en su día como Bellavista, precisamente por las vistas privilegiadas que regalaba del río Miño, fue concebido como un parque para todas las clases sociales y no pensado como espacio del que gozara la incipiente burguesía decimonónica. En la actualidad, es un espacio muy utilizado por los lucenses y parada habitual de los visitantes.