Tirar el perro abandonado en el ayuntamiento de al lado, una tendencia en auge en Lugo
LUGO CIUDAD
Varios particulares denuncian que los animales acaban muertos o heridos porque los alcaldes o no tienen convenio de recogida o no lo utilizan
05 dic 2022 . Actualizado a las 11:49 h.Todos los ayuntamientos de Galicia tienen que firmar un convenio con un centro de recogida de animales autorizado por la Xunta. Así lo marca la ley, pero la realidad es que buena parte de los concellos evitan preocuparse por los canes y gatos abandonados, prefiriendo desviar las responsabilidades o evitar, directamente, ocuparse del tema.
En Lugo, las quejas y denuncias por parte de particulares que llaman pidiendo que se recoja un animal abandonado se suceden año tras año, y casualmente se reproducen en determinados ayuntamientos.
Sin embargo, que aparezca un perro abandonado y el alcalde lo traslade al ayuntamiento de al lado para escaquearse de su deber conforme marca la ley, se ha vuelto una costumbre, según aseguran muchas protectoras.
El caso de Outeiro de Rei
Recientemente ocurrió un caso de este tipo en Outeiro de Rei. Un particular alertó al ayuntamiento de la presencia de un perro en plena vía pública. Según explica el denunciante, le dijeron que el animal «podía volver solo a su casa». Ante la insistencia de varias personas, finalmente el ayuntamiento envió a dos personas para hacerse cargo del can, que nunca llegó al centro de recogida con el que tiene convenio. Casualmente, unos días más tarde el perro apareció en el polígono lucense de O Ceao. Fue llevado a la protectora de Lugo. La persona que relató la situación presentó una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Rábade para exponer la situación.
Monterroso
Según describen varios particulares y vecinos, el caso de Monterroso también es sangrante. Es el propio Grupo de Emergencias Supramunicipales (GES) el que se encarga de la recogida. Sin embargo, alerta otro denunciante, los animales van a parar a una jaula en una nave del polígono comercial. Entre vehículos de emergencias y materiales, otros están sueltos e incluso perdidos dentro del propio centro.
Pedrafita y 5 gatos lactantes
A principios de septiembre, una llamada alertó a la Guardia Civil de que habían encontrado cinco gatitos lactantes abandonados en una bolsa de plástico en Pedrafita do Cebreiro. Ante la imposibilidad de contactar con el ayuntamiento, fue la protectora de Lugo la que se desplazó hasta el lugar puesto que los felinos morirían irremediablemente y necesitaban alimentación cada tres horas.
Ante casos así, la Protectora de Animales y Plantas de Lugo ha decidido interponer una denuncia ante la Fiscalía Provincial de Lugo para alertar de que son muchos los concellos que no han suscrito convenios con protectoras así como aquellos que, a pesar de haberlos firmado, los incumplen de manera sistemática y no se preocupan de recoger a los animales abandonados, heridos o famélicos cuando reciben un aviso.
Denuncia ante la Fiscalía
Aunque la protectora lucense, en boca de su presidente Alberto Losada, buscaba justicia para todos ellos, lo cierto es que la Fiscalía ha archivado las diligencias porque entiende que no hay infracción penal contra el medio ambiente ya que «los hechos denunciados no cumplen con los elementos ni objetivos ni subjetivos de tipo delictivo de abandono animal que viene regulado en el Código Penal así como con otros preceptos dedicados a delitos contra el medio ambiente».
Asimismo, la protectora lucense pidió que se conociese el número de concellos que no han suscrito convenios con entidades autorizadas por la Xunta, algo sobre lo que, a día de hoy, la propia Administración no ofrece datos públicos.
Numerosos concellos
Monterroso, A Pobra do Brollón, Pedrafita do Cebreiro, Outeiro de Rei... Son algunos de los concellos que están en el punto de mira. Algunos han sido incluso denunciados por personas particulares que, cansadas de llamar para avisar de la existencia de algún animal abandonado, han comprobado que todo es inútil y que al final, los animales siguen perdidos e incluso mueren atropellados o de hambre.
Las protectoras, indefensas
Además, tal y como constatan las protectoras, cabe recordar que los ayuntamientos, y en consecuencia sus respectivos alcaldes, deben dar «el visto bueno» a las entidades antes de que procedan a una recogida, por lo que los centros de recogida tampoco pueden hacer nada por controlar esta situación, al ser competencia de todos y cada uno de los ayuntamientos.
¿Qué ocurre cuando muere o enferma un dueño?
Además, desde la protectora lucense también explican que los ayuntamientos no asumen su responsabilidad cuando muere o enferma el propietario de algún animal. «En estos casos, es frecuente que el concello mire para otro lado y, como es natural, los animales que están en estas condiciones mueren de inanición e incluso de producen situaciones de canibalismo entre ellos ante el hambre extrema que sufren. Estamos hablando de A Fonsagrada, Monterroso o Pedrafita».
En el caso de A Fonsagrada, hace apenas unas semanas, el ingreso de un hombre en el HULA que tenía siete perros motivó que los vecinos se ocupasen de ellos «al hacer el concello caso omiso del aviso y pasar del tema».