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El puente romano de Lugo quedó dañado por las crecidas y su arreglo deberá esperar a primavera

L.G.C. LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Los ingenieros municipales consideran que los daños que sufrió no afectan a la estructura

01 feb 2023 . Actualizado a las 20:10 h.

Las crecidas que sufrió el río Miño a su paso por la ciudad de Lugo han pasado factura al puente romano. Estos días han empezado a quedar a la vista cómo dos de los tajamares que protegen los pilares están dañados, tras haber perdido varios sillares de piedra cada uno. 

Las intensas lluvias arrastraron mucha maleza, pero también árboles y a su paso por el puente, parte de esos restos se llevaron consigo los bloques de los tajamares. En uno de los pilares se puede ver cómo todavía un tronco está incrustado en uno de esos tajamares, que son las estructuras en forma de pico que distribuyen el cauce del río de manera que se protejan más los pilares. 

El Concello de Lugo, a quien corresponde el mantenimiento, ya encomendó a responsables del departamento de Enxeñería que visitase el puente y tras un primer análisis no hay riesgo estructural, ya que los pilares están en perfecto estado. Para restaurar la parte dañada de la infraestructura, explican, habrá que aguardar al menos hasta primavera porque con el cauce elevado no se puede intervenir. En el Ayuntamiento asumen que les toca a ellos la tarea de mantenimiento y conservación del puente, que es un bien protegido. 

La lógica invita a pensar que para intervenir en la infraestructura, hoy usada solo por peatones y ciclistas, pero que durante años también soportó el tráfico rodado, será necesario contar con el correspondiente permiso de Patrimonio. Sin embargo, como las piedras se encuentran justo al lado de los pilares y no sería necesaria una intervención integral, quizás sea posible recolocarlas en su momento sin más. 

Hace unos días, el responsable de Medio Ambiente del Concello, Miguel Fernández, ya supervisó la retirada de un tronco de considerables dimensiones que había quedado atascado entre los arcos del puente debido a las crecidas. Una intervención en la que participaron Protección Civil, la Policía Local y personal de parque móvil, y que fue compleja por cuidar el patrimonio.

El puente romano de Lugo se construyó entre finales del siglo I antes de Cristo y principios del I después de Cristo, según creen los historiadores, y originalmente tenía siete metros de ancho. A lo largo de los siglos sufrió varias rehabilitaciones y desde el 2012 es peatonal.