








Acaba de abrir Elas Yoga Studio, un centro cuya decoración invita a la calma. «Si buscas un Buda, aquí no lo vas a encontrar»
12 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Cecilia Cossío lleva 17 años viviendo en Lugo y todavía retiene su acento argentino. Habla dulce y pausado, transmitiendo la misma calma que uno siente nada más cruzar las puertas de Elas Yoga Studio, el centro de yoga que puso en marcha hace un tiempo en Lugo y que ahora ha cambiado de ubicación.
En la Avenida de Madrid se encuentra un local que ya atrae las miradas nada más pasar por allí. Grandes círculos con iluminación indirecta, un banco con formas sinuosas y orgánicas y unas ramas de roble al lado de la puerta son la carta de presentación exterior del estudio. Dentro, la experiencia es todavía más intensa. Una paleta de colores terrosos es el hilo conductor de las dos plantas que ocupa Elas Yoga Studio. La decoración orgánica, las líneas sinuosas, la iluminación indirecta o los paneles de cestería de Idoia Cuesta que separan la recepción de la sala principal son un chute de sosiego. «Quería un espacio en el que no hubiera ruido, con un tono terroso que invitase a la calma. Toda la decoración está hecha con curvas, con velitas. En la zona de recepción tienes unas mesas en las que puedes tomarte una infusión antes o después de tu práctica. Supongo que no es un centro de yoga al uso, si buscas un Buda, aquí no lo vas a encontrar», explica la propietaria.
La cuidada elección de los materiales, las texturas o la luz, tenue e indirecta, no son un capricho. «Los practicantes lo agradecen muchísimo, refleja un poco lo que es el yoga, la calma», describe la monitora.
Cecilia lleva años dando clase en la ciudad amurallada. Lo hizo para otros estudios y también en el suyo propio, «en una sala que se me quedaba pequeñita, por eso decidí tirarme a la piscina y abrir el nuevo estudio». En su centro uno puede elegir entre distintas modalidades de yoga, aunque probablemente ella imparte la más especial. «En mi caso doy yoga lunar, que es un tipo que va según el ciclo de la luna. Es decir, tienes varios estilos, en función de la fase lunar en la que nos encontremos», describe.

Cuenta Cecilia que no hay mucha práctica del yoga lunar. En su caso, su acercamiento al estilo fue casi natural. «Es un yoga que te alinea, que va un poco con tu estado de ánimo. Tras formarme en varios estilos de yoga, me di cuenta de que en función de tus ciclos, de los cambios, te apetecía hacer un yoga más o menos físico. Yo iba recogiendo todo esto en un diario y lo comprobaba, así que empecé a aplicarlo a mi práctica personal. Vi que era bueno y decidí darlo en mis clases, lo que tuvo muchísima aceptación». Así que, en función de la fase lunar que se atraviesa, Cossío imparte un yoga más físico o más calmado a sus alumnas, ya que en su caso la mayoría son mujeres. «Hay muchos hombres que prefieren un yoga más físico y van con alguno de los otros profesores», detalla.
Elas Yoga Studio cuenta con tres profesores de yoga que imparten diferentes estilos, uno de pilates y otro de taichi chikun, y en el centro también se ofrecerán servicios como terapias con masajes o reflexología podal. Además, en su centro, también se imparten clases de yoga para personas con diversidad funcional.
«El perfil de alumnos es variado, pero en mi caso, que doy yoga lunar, sobre todo son mujeres de más de 35 años. Como las mujeres somos cíclicas, nos identificamos más con esta modalidad, pero otros profes son de yoga hatha o ahstanga, por ejemplo. El ashtanga, que es más físico, tiene por ejemplo un público más masculino».
Sea una u otra modalidad, lo que Cecilia ha detectado en los últimos tiempos es que cada vez más lucenses se aproximan al yoga, y no es casualidad. «Después de la pandemia la gente sufrió mucha ansiedad, ataques, y mucha se aproximó a la práctica del yoga. De hecho, muchos médicos y psicólogos lo recomendaban, y eso se ha notado». Ahora Cecilia inicia una nueva etapa con ilusión y con esa calma que transmite entrar en su estudio de yoga.
