Sandra y Alexandre se casaron el verano pasado y las fotos de su celebración arrasaron por las redes sociales
30 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Sandra y Alexandre, dos jóvenes lucenses (ella de O Corgo, él de Láncara), se casaron el pasado verano en el Pazo Casa Grande de A Pobra de San Xiao acompañados de 160 invitados. Ese día, un 24 de julio que para ellos era una fecha especial, todavía no sabían que su boda acabaría viralizándose en redes sociales y apareciendo incluso en la revista ¡Hola! Novias. Pero así fue, y hoy Sandra reconoce que, aunque todavía les da un poco de pudor, «fue sorprendente pero bonito, como poner el cierre perfecto a nuestra boda».
Sandra y Alex lo tenían claro desde un principio. Su boda debía mostrarlos a ellos en los grandes y los pequeños detalles, así que se pasaron meses diseñándolo y personalizándolo todo. Le pusieron tanto mimo y tan buen gusto que en la semana posterior a la boda, mientras disfrutaban de una jornada de playa, Sandra empezó a ver fotos de su vestido en Instagram una y otra vez. «De repente, veo que empiezan a repostear la publicación que había hecho la diseñadora, Sara Lage, la de Daniel Santalla, el fotógrafo, y ves que se crea una ola cada vez más grande. Que cuentas de redes sociales del sector nupcial con millones de seguidores te están dedicando post», recuerda. «Era sorprendente ver que tu boda, una boda normal, tomaba ese rumbo», añade entre risas.
Tras ese shock inicial, hace unas semanas, llegó la segunda parte. La revista especializada ¡Hola! Novias contactó con el matrimonio para hacer un reportaje sobre cómo había sido su celebración. «Al principio nos costó un poco decidirnos porque nos daba pudor, pero al final nos pareció algo bonito, que te queda para el recuerdo. Tras publicarse, muchos amigos nos dijeron que al principio pensaban que era un montaje. Imagina, vas de compras y la dependienta te pregunta si eres la chica del vestido de Sara Lage que salió en el ¡Hola! Novias», narra Sandra entre risas.
Pero, ¿qué fue lo que diferenció la boda de Sandra y Álex? La respuesta descansa, probablemente, en el mimo y el cuidado con el que diseñaron todo el engranaje. «Para nosotros era fundamental que cada detalle de nuestra boda llevase nuestra esencia, por ello nos encargamos personalmente de todo, no delegamos nada, cada detalle, hasta el más insignificante, fue ideado por nosotros. Fueron meses de auténtica locura, pero la mayor gratificación fue ver a nuestros invitados disfrutarlo todo tantísimo, se entregaron 100 % de principio a fin, fue una auténtica pasada. Al día siguiente no dejamos de recibir mensajes felicitándonos por el 'bodorrio' que habíamos montado», explica.
La música y las actuaciones estuvieron presentes durante toda la celebración, desde la ceremonia civil, con violines y piano, hasta el cóctel, amenizado por un grupo con un repertorio muy animado. «También hubo muchas sorpresas por parte de los invitados, nuestros amigos y familia quisieron sorprendernos con actuaciones súper preparadas y divertidas. Fue increíble lo mucho que se involucraron, nos sentimos como en una nube. Álex también quiso sorprenderme, así que durante el postre irrumpió en el comedor acompañado de mariachis, fue súper emocionante»
Eligieron el Pazo Casa Grande de A Pobra de San Xiao por su encanto y su majestuosidad. «Era el escenario perfecto para el estilo que queríamos proyectar. Además, forma parte de la infancia de Álex, él creció jugando alrededor de sus muros, así que todavía lo hacía más especial». «Cuando fuimos a preguntar fechas disponibles para el año 2022, solo tenían libre el 24 de julio, un día especial para nosotros, así que ya cerramos la fecha al instante», desvela la novia.
El momento de elegir el vestido era el más temido por Sandra «porque nunca me había visto representada en ningún vestido de novia», pero el instinto la empujó a llamar a la puerta de la diseñadora lucense Sara Lage y el resultado fue un espejo de la novia. Justo lo que buscaba. «Sariña es una auténtica hada madrina, hace magia». Esa conexión con la diseñadora también la tuvo con Guirnalda, la firma lucense a la que confió la decoración y las flores. «Lines tiene un gusto exquisito. Tenía que ser ella sí o sí, no me imaginaba a nadie más, nos costó conseguir su sí (no tenía huecos disponibles) pero finalmente lo tuvimos y el resultado no nos pudo fascinar más». Así que Guirnalda creó para Sandra y Álex una atmósfera sutil con verdes y flores, «en el comedor hicimos algo diferente, cenamos a la luz de las velas y rodeados de árboles, fue precioso», recuerda la novia.
Y para inmortalizar este momento, la pareja confió en el fotógrafo ferrolano Daniel Santalla. «Buscábamos fotos muy naturales, nada forzado, en mi álbum de bodas no hay fotos de posados, hay abrazos con amigos, gestos que te identifican... Las fotos de Dani captan emociones y al verlas te llevan a ese momento», indica Sandra, que tiene claro que si algo define a los proveedores de su gran día es la «sensibilidad que tramiten sus trabajos».
Las bodas especiales
El fotógrafo ferrolano Daniel Santalla, cuyos trabajos ya habían aparecido en publicaciones como Vogue, fue el encargado de inmortalizar el gran día de Sandra y Álex, y reconoce que para él es un placer tener la responsabilidad de fotografiar bodas con tanta magia. «Tengo mucha suerte porque todas las parejas que tengo hacen bodas muy especiales cuidan mucho los detalles, invierten tiempo y dedicación en personalizar sus celebraciones, en la decoración, las luces, la comida, todo... Son bodas que ya de por sí me dan mucho juego».
Para él, un amante de la moda y la estética, los eventos tan cuidados son un regalo y reconoce que hay bodas que ya desde la organización se intuye que serán únicas. «Es cierto que hay bodas más especiales y que ves que pueden gustar mucho porque se la han trabajado un montón. Se nota desde el principio. Ya se percibe cuando ves que los clientes hablan mucho contigo, que se preocupan de que todo esté muy bien logrado».
El hecho de que más tarde su maestría con la cámara se viralice en revistas de moda o blogs especializados es como un segundo premio. «Para mí es una maravilla porque cualquier trabajo mío que se publique en medios o redes es un escaparate para que vean lo que hago. Si medios como ¡Hola!, Vogue o blogs relevantes se hacen eco, es como un regalo».