Lidia Hernández, veterinaria: «La rehabilitación mejora la calidad de vida de muchos perros»
LUGO CIUDAD

La especialista abrió un centro especializado en Lugo en el año 2019: «Aquí tratamos artrosis, pero también animales tetrapléjicos o parapléjicos», explica
03 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La vasca Lidia Hernández llegó a Lugo para estudiar veterinaria, pero finalmente decidió asentarse en la ciudad para apostar por una especialidad que escasea en Galicia, y también en España: la rehabilitación y fisioterapia veterinaria. «Tenía claro que quería especializarme. A mí lo que más me gustaba en la facultad era estar con animales hospitalizados, cuidándolos. Aquí los perros envejecen conmigo», dice la joven, que abrió Amodiño, su propia clínica, en el año 2019.
La filosofía de Lidia va mucho más allá de la parte médica en la que se ha especializado y cuyo fin último es mejorar la calidad de vida de perros y gatos. Ella también se encarga de enseñar a los tutores de las mascotas a cuidarlas de la mejor forma posible y todo esto redunda en que se reduzcan las medicinas e incluso puedan llegar a desaparecer.
Los pacientes más frecuentes en Amodiño son los perros, pero Lidia también atiende gatos e incluso caballos, a domicilio. «Aquí tratamos artrosis, pero también animales tetrapléjicos o parapléjicos, por ejemplo. Lo que más abundan son los perros mayores, con artrosis», desgrana.
En está clínica situada en el barrio lucense de A Milagrosa no hay bozales ni prisas. Lidia sabe que en una especialidad como la suya es vital ir «amodo» y adaptarse al ritmo de cada animal. Esta vasca tampoco quiso que la clínica se pareciese a un hospital, por lo que decidió apostar por una decoración con guiños al comercio local ya que, además de centro de rehabilitación, en Amodiño se venden productos hechos a mano como collares o riñoneras.
Lidia trabaja de la mano de veterinarios que le derivan buena parte de los casos con la esperanza de que los animales mejoren gracias a la rehabilitación que ofrece en su clínica. Las instalaciones cuentan con piscina, gimnasio y dos zonas de consulta, en función de si el paciente es un perro o un gato. Las terapias son individualizadas para cada animal.
¿Y cómo llevan los animales la rehabilitación? «Prefiero que avancemos más lentamente a que lo pasen mal. Que estén bien forma parte de la terapia, asegura Lidia, que también explica que normalmente, «lo llevan bien». «Si yo a un perro le quiero poner acupuntura pero es muy nervioso, no se la pongo. Intento ganármelos poco a poco, es la psicología que sigo. A veces hasta se quedan dormidos, y eso es lo que me gusta conseguir. Si la terapia se absorbe en un momento de calma, todo sale mejor», puntualiza la experta.
Los primeros pasos
En Amodiño todo empieza con una valoración inicial, en la que se tiene en cuenta si el animal tiene o no un diagnóstico de otro veterinario. «En base a eso empezamos a hacer las sesiones. Integro muchas herramientas dentro de la terapia», precisa Lidia. Acupuntura, quiropráctica, masajes y terapias manuales, terapia láser que disminuye dolores e inflamaciones, campos magnéticos, corrientes que van de la mano de la acupuntura... todo, en Amodiño.
Asimismo, la veterinaria resalta la importancia de que cada vez sean más las personas concienciadas sobre le bienestar animal que se centran en darles los mejores cuidados, algo que no era habitual hace años. «A veces, con un poco de esfuerzo l rejuvenecen varios años. No es lo mismo estar con dolor que vivir sin él o controlándolo. Se nota en su estado de ánimo, por ejemplo. Yo soy muy concienzuda con la terapia para el dolor que hacemos. Una pastilla puede ayudar, pero tratar al paciente al completo mejora muchos campos», concluye.

Lula, una mastina abandonada en una carretera que tenía las cuatro patas paralizadas

Lula es paciente de Lidia, y gracias a ella su vida ha mejorado radicalmente en los últimos meses. Esta mastina apareció en agosto tirada en una carretera, en muy mal estado de salud y paralizada de las cuatro patas. Sin embargo, y a pesar de un pronóstico grave, Lula volvió a ponerse en pie y a caminar gracias a la rehabilitación en Amodiño y al esfuerzo por parte de sus cuidadoras. El animal, recogido por la Protectora de Lugo, está en la residencia Luscofusco.
Tras pasar por un hospital en el que recuperó la movilidad de las patas delanteras con el tratamiento médico, se trasladó al Rof Codina en septiembre y días después, a la residencia, con la intención de recibir la atención que necesitaba, al tratarse de un caso especial. Así, en el centro pueden hacer los ejercicios pautados por Lidia y seguir diariamente los avances de la mastina, que busca un hogar defiitivo. Los interesados en adoptarla pueden ponerse en contacto con la protectora lucense.