Modesto Martínez: «Lugo era mi casa; siempre he sentido Lugo como algo distinto»

LUGO CIUDAD

Decidió quedarse en la ciudad pese a tener ofertas con sueldos muy superiores
08 ene 2024 . Actualizado a las 22:11 h.Modesto Martínez Pillado nació en Cambados, vive en Cambados y se siente muy cambadés, algo que no resulta extraño entre quienes viven en la villa del albariño. Sin embargo, en su vida ha habido otros lugares importantes, pues su carrera como futbolista lo llevó por buena parte de Galicia y hasta lo condujo a Canarias. Ninguno, de todos modos, parece haber sido tan importante para él como Lugo, donde formó parte del equipo que ascendió a Segunda División en 1992.
-¿Qué fue usted, un estudiante de Medicina primero y un médico después que jugaba al fútbol o un futbolista que estudiaba primero y que tenía una carrera después?
-Fui un médico que jugaba al fútbol. Toda la vida he estudiado y jugado: así, desde los doce años. Una de las decisiones más importantes de mi vida fue no jugar en Primera División para ejercer la medicina en La Palma. Rompí el contrato con el Compostela, con el que me quedaban tres años, para ejercer la medicina
-¿Qué le dio más, el deporte o la medicina?
-Es papá o mamá. No entiendo mi vida sin el deporte, pero siempre quise ser médico. Una decisión importante que tomé es que quise jugar y estudiar a la vez: fue difícil, pero se llevó. Eso sí, con la mínima colaboración de los profesores, que me decían ‘elija medicina o fútbol'.
-¿Se siente contento de esas decisiones tomadas?
-Sí. Pero una pregunta que se hace siempre es si se volvería atrás. Yo no volvería por el enorme esfuerzo que hice desde pequeño, lo que me supuso muchas renuncias, difíciles de entender.
-¿A qué renunció durante años por ser deportista?
-Mis compañeros salían de noche; yo era profesional con quince años, me lo tomaba en serio. Renuncié a muchas cosas de la juventud: renuncié, por ejemplo, a cualquier viaje porque en julio empezaba la pretemporada y en el fútbol hay que pelear por llegar a lo más alto.
-¿Un médico sabe mejor que otras personas que le ha llegado el momento de retirarse como deportista?
-No sabría decirte. Supe que tenía que retirarme cuando lo que me costaba uno pasó a costarme dos y cuando el sacrificio de la semana no me libraba de tener limitaciones el domingo. Con 37 años, ya no podía estar al nivel que se pedía en Tercera División. El entrenador [del Vilalonga, Pedro Ferreira] me pidió que siguiese, pero no quise.
-Jugó en Lugo y en otros lugares no muy grandes. ¿Esos entornos son una ventaja para el futbolista o da igual?
—Tuve ofertas para irme a equipos de otras comunidades autónomas. Cuando subí [a Segunda División] con el Lugo, decidí que no quería irme por el enorme ambiente que teníamos y había ofertas que me triplicaban lo que ganaba. Prueba de ello es que compré un piso en Lugo, que luego vendí. Lugo era mi casa, y siempre he sentido Lugo como algo distinto. Con Julio Díaz, o triunfas o te mueres: ascendimos. El Lugo era un muro... Cacharrón, Modesto, Miguel, Alvite [defensa de la temporada 1991-92, en la que el Club Deportivo Lugo ascendió a Segunda División]... Solo nos metieron 24 goles en toda la temporada, éramos una defensa impresionante.
-¿Cuál fue la clave de que un equipo en el que no había grandes figuras individuales acabase ascendiendo?
-Éramos un equipo, y el fútbol es un deporte de equipo. Julio Díaz vio nuestras virtudes y nuestros defectos y nos hizo jugar. Carolo siempre estaba arriba, dando la lata. Crear un ambiente de equipo es algo muy importante.
Inicio. Modesto Martínez Pillado nació en Cambados en 1965.
Trayectoria. El Xuventude de Cambados, el Céltiga, el Arousa, el Lugo, el Compostela, el Mensajero, el Pontevedra y el Vilalonga fueron sus equipos.
Actualidad. Es licenciado en Medicina. Trabaja como inspector en el área sanitaria de Pontevedra y vive en Cambados.
«Aunque solo sea por tradición, creo que el Lugo debería estar otra vez en Segunda División»
Modesto Martínez fue campeón de España juvenil y entrenador de categorías inferiores.
-Jugó en el Lugo primero y en el Compostela después. ¿Fueron situaciones similares?
-El Lugo era mi casa; el Compos era mi trabajo. El Compos era distinto en todo, desde el ínclito presidente [José María Caneda] hasta el último. El Compos miraba a veces un poco por encima del hombro, pero el Compos y el Lugo eran el agua y el aceite.
-¿Le gustaría haber llegado más arriba?
—Llegué muy arriba. Jugué con Cacharrón, con Carolo, con Alvite... Sin ellos, mi vida habría sido distinta. Julio Díaz fue nuestro gran muñidor, y sin él, quizá, no habríamos llegado tan arriba.
-¿Los esquemas del fútbol, el ambiente del vestuario, valen para la vida de fuera del deporte?
-Sí. Todos los que hemos hecho deporte somos así porque hemos hecho deporte. El deporte individual, con todo lo que nos venden, no es lo mismo. Jugar en equipo te da una visión de la vida distinta y te ayuda a relativizar mucho: si pierdes, estás ya esperando el próximo partido.
-¿Cree que el Lugo ascenderá pronto a Segunda División, o en realidad no hay que obsesionarse con eso?
-Una vez que se ha estado arriba, se ve que los accesos a recursos son más fáciles. Aunque solo sea por tradición, creo que el Lugo debería estar otra vez en Segunda [División]. Ojalá sea pronto.
-¿Se sentían menos valorados por el peso que el Breogán tenía, y tiene, en Lugo?
-No. Éramos conocidos por aquellos a los que les gustaba el fútbol. El Lugo, sin apenas historial de estar arriba, logró jugar dos promociones de manera seguida y ascender en la segunda.