Así es Koleccióname, el auténtico museo de la infancia en Lugo: «No hay muchos sitios así»

Iria Pombo, M.C. LUGO / LA VOZ

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Luismi, propietario de la tienda 'Koleccióname', muestra su colección
Luismi, propietario de la tienda 'Koleccióname', muestra su colección Iria Pombo

Abre en el centro histórico una tienda dedicada al coleccionismo y a la compraventa de juguetes y figuras

06 jul 2024 . Actualizado a las 14:06 h.

«Tenéis todo precioso. Es increíble», expresa un vecino de Lugo mientras sale de la tienda Koleccióname sonriente. Y no es de extrañar, pues tras el número 28 de la Rúa San Pedro se encuentra un paraíso de Playmobil. «La verdad, es un placer ver salir a la gente con una sonrisa», afirma su propietario, Luismi. No es el único negocio de coleccionismo en Lugo, pero sí el primero en dedicarse a las figuras y juguetes.

Tan sólo hace tres semanas que abrió sus puertas, y la acogida está siendo muy buena. «El trato en Lugo, donde ya llevamos dos años, siempre ha sido muy agradable», indica el dueño. Pero sus propietarios, el matrimonio formado por Rosa y Luismi, no son unos novatos en el negocio. «Desde hace algo más de tiempo tenemos el escaparate y la gente también nos conocía previamente de alguna feria, como una que hicimos en Navidad», explica Luismi. 

Al atravesar el umbral de la puerta del local, los ojos no tienen donde posarse. Con una decoración sencilla, nada recargada, logran que el auténtico protagonismo se lo lleven los cientos de figuras posadas en las estanterías. Nuevas o antiguas, más grandes o más pequeñas, su presencia invita a revivir la niñez. «Suena así un poco extraño, pero cuando viene gente, aunque sea de pasada para mirar, nos dan las gracias por verlo, porque les traen recuerdos y se emocionan», reconoce el propietario.

El arte de coleccionar

Koleccióname nació para dar lugar a una pasión compartida por sus creadores: el coleccionismo. «Desde pequeño me dedico a coleccionar, principalmente, Playmobil y coches a escala. Llegó un momento en el que se acumularon demasiados, y mi mujer, Rosa, me fue ayudando poco a poco a deshacerme de ellos y a mejorar un poquito la colección», explica Luismi. De eso hace ya años, pues esta pareja es ya habitual en ferias por toda Galicia y por su lugar de origen, Madrid.

Para construir una colección no basta con adquirir figuras nuevas. El mercado de segunda, tercera o, incluso, cuarta mano es fundamental. Según los dueños no es una tarea fácil. «Nosotros las buscamos en ferias, por Internet, y luego gente que viene aquí a vendernos sus piezas», indican. «Al final en el mercado hay mucho, y lo difícil no es conseguir una pieza, sino obtenerla a un precio razonable que después permita que los clientes se animen a comprar».

«En algunos sitios venden figuras y juguetes, pero aquí es más de segunda mano, de coleccionismo, también nuevo, compramos y vendemos. Por tener algo diferente y dedicarnos a lo que nos gusta»

La colección

Cualquier visitante a esta tienda, sin importar la edad, puede reconocer algún ejemplar. Hay de todas las épocas. «Tenemos de los Playmobil más viejos, de más de 50 años, y luego otros más nuevos, de a lo mejor dos o tres años», afirma el propietario. 

Las piezas más aclamadas son las más llamativas, con diseños particulares o exclusivos. Aquellas que hasta llaman la atención incluso a ojos del que no las conoce. «Los que más destacan: son los Playmobil customizados, las figuritas, los coches de Hot Wheels, y recreaciones de personajes de películas». De hecho, estos mismos coronan el mostrador, guardados en una vitrina. La presiden personajes como la Princesa Leia de Star Wars, Tintín o una réplica de un peregrino del Camino de Santiago. Todos ellos en su formato Playmobil.

Para los de Koleccióname lo esencial está en el valor que posea una pieza en concreto. Por ello, los precios pueden variar desde 1 euro hasta más de 75. «Hay piezas en concreto que, a lo mejor, tienen un poco más de valor. Otras igual tienen un diseño más común o que ya no es tan atractivo para los peques ahora y pierden», señala su propietario. 

El perfil del coleccionista

En este negocio no tienen un público predefinido. Son conscientes de que el cariño por los iconos de la infancia no entiende de generaciones. No obstante, quiénes se paran a observar con más frecuencia son los niños, más que nada por los juguetes. «También viene gente más adolescente o un poco más mayor porque le gusta el coleccionismo. E, incluso, personas de la tercera edad a las que estas figuras les traen recuerdos o que quieren empezar a coleccionar», afirma Luismi.

En las últimas Navidades, el negocio previo a Koleccióname ya contaba con un puesto en el Mercado de Nadal situado en la Praza Maior. Por aquel entonces, la tienda física era un proyecto futuro, pero sus productos ya eran conocidos de sobra por los lucenses más jóvenes. 

Rosa y Luismi lo tienen claro y se muestran optimistas: «Poco a poco iremos creciendo».