Un matrimonio de Paradela sobrevivió al primer accidente con muertos en el corredor de Monforte. Ocurrió en el 2010
11 oct 2018 . Actualizado a las 18:28 h.Nochebuena del 2010. Se cumplían dos años y cinco días de la inauguración del corredor denominado CG-2.2, que une Lugo con Monforte. Eran las nueve de la mañana y el matrimonio formado por Cristina López y Diego Sobrado, de 30 y 26 años, se dirigía a Lugo a una revisión médica. Ambos dejaron a su bebé de 18 meses con sus abuelos y partieron de su casa, en la parroquia de Barán, en el municipio lucense de Paradela, en su coche, un Peugeot 307. Accedieron a la vía de altas prestaciones en medio de una densa niebla y cuando circulaban por el kilómetro 15.400, donde hay un cambio de rasante, se produjo la tragedia y el que sería el primer accidente mortal ocurrido en el corredor desde su inauguración.
«Tardei dous anos en volver circular polo corredor e despois era eu o perigo»
Un Peugeot 405, que circulaba en sentido Sarria conducido por un vecino de O Páramo, de unos 70 años, chocó contra su turismo. No llevaba las luces accionadas y estaba realizando un adelantamiento en un tramo en el que por aquel entonces estaba permitido (días después se pintó una línea continua). Ese conductor murió en el acto, y el matrimonio, pese a sufrir heridas de diversa consideración, sobrevivió al brutal impacto. «Uns quilómetros antes xa esquivara un coche que viña invadindo o sentido contrario. Tiven que pegarme á beiravía. En cuestión de minutos xa vimos a este de fronte. Intentei esquivalo, pero foi imposible. O noso coche xirouse e quedou en sentido contrario», recuerda Diego Sobrado, que conducía el coche y que quedó atrapado, aunque no perdió la consciencia. «Diego dixo: “Ímonos matar”. Pechei os ollos e o coche xirouse. O meu teléfono saltou para atrás; en canto puiden, baixei do coche pedindo auxilio e un teléfono. Fun ao outro coche sinistrado e o home estaba morto», rememora Cristina, que añade que en el accidente se vio implicado un tercer vehículo.
Con muchas secuelas
Diego sufrió varias hemorragias y se rompió una pierna. Hoy en día todavía sigue con operaciones y padece cojera. Cristina, por su parte, se fracturó tres costillas y todavía sufre graves problemas en las cervicales y en la columna. «O peor é cando volves coller o coche polo corredor e te cruzas cos demais condutores. Despois era eu un perigo na estrada, do moito que me arrimaba á beira. Botábame eu cando me viña un coche de fronte», relata Diego, que tardó en volver circular por esta vía dos años.
Barán es un pueblo de unas 30 casas y de poco más de cien habitantes. Al menos tres familias estuvieron implicadas en accidentes con muertos en el corredor. Una de ellas es la formada por este matrimonio, que es vecino de uno de los muertos el lunes: «É o corredor da morte e aquí ninguén fai nada. Cando o inauguraron estabamos de matanza na casa e dixen que sería o corredor da morte e, ao cabo de dous anos, tivemos o accidente». Fueron los primeros en verse implicados en un siniestro mortal en esta trágica carretera, en la que hubo 11 muertos en los últimos cuatro años.