Persigue a su marido por la A-6 porque iba con otra en un vehículo
20 nov 2015 . Actualizado a las 22:55 h.«Mamá, mira a papá que va en ese coche dándole besos a una señora». Esta supuesta advertencia de un niño de 6 años puso en guardia a D. F. G., una lucense que ayer fue juzgada porque, según el fiscal, persiguió con el coche a su marido que también iba en otro vehículo con una mujer. Según la acusación pública, la perseguidora no se contentó con hacer un seguimiento a gran velocidad sino que llegó a impactar su coche contra el de la pareja hasta en cuatro ocasiones diferentes. La acusada se enfrenta a cuatro delitos: conducción temeraria, por el que el fiscal pide año y medio de cárcel y retirada del carné durante tres años; coacciones, que podría suponerle una condena de nueve meses de cárcel y por último, amenazas, por el que le reclaman once meses de prisión. A mayores, si prospera la petición del fiscal, la acusada tendrá que permanecer cuatro alejada de su marido.
Según la acusación pública, el 24 de julio de 2010, la acusada iba con su hijo en el coche por la Ronda de Paradai para hacer unas compras. Descubrieron que el esposo y padre iba con otra en el coche y desde ese momento la acusada inició la persecución que primero fue por varias calles de la ciudad. Llegó a impactar su coche contra el de ellos en varias ocasiones cuando se encontraban detenidos en un semáforo.
Pero no se limitó al casco urbano. Siguió por la A-6 en dirección a Rábade a más de cien kilómetros por hora. En el trayecto supuestamente volvió a impactar hasta cuatro veces con el coche de la pareja. En una de ellas parece que este vehículo estuvo a punto de salirse de la vía. La persecución acabó en Rábade cuando el marido avisó a Tráfico. Dice el fiscal que la acusada puso en peligro su vida, la de su hijo y la de las otras dos personas.
Pero, el fiscal aseguró que no acabó ahí la situación. El 3 de agosto de 2010, cuando ya la acusada se encontraba en trámites de separación de su esposo, para «intentar torcer su voluntad y disuadirlo» lo llamó insistentemente por teléfono diciéndole que si no le daba otra oportunidad iba a suicidarse con el hijo. Un día antes tuvo una discusión con el marido por las llaves del coche y para atemorizarlo cogió un cuchillo de cocina y lo esgrimió hacia él. Desde ese mes, la acusada no puede acercarse a la víctima.
«No sabía que salía con otra. Iba de compras con mi hijo y me dijo: mira a papá con una señora dándose besos. Fui detrás pitándoles para que pararan», dijo la acusada. Negó que les diera intencionadamente con el coche. Lo que pasó fue, dijo, que ellos frenaron y ella no pudo parar a tiempo y chocaron pero fue un accidente, recalcó.
El perseguido: «Pensé que nos íbamos todos a tomar por saco»
El hombre sobre el que la acusada dirigía las supuestas iras explicó que el día que se produjo la persecución iba a llevar en el coche a una amiga al Club Fluvial. Pero ese viaje fue alterado cuando detectaron el coche de la mujer. Fue en la zona de Carlos Azcárraga «donde nos dio el primer porrazo».
La pareja optó por alterar el recorrido y coger la A-6 para tratar de evitar el seguimiento, pero no fue así. La acusada les siguió también a toda velocidad y en el trayecto hasta Rábade, dijo el que era su marido, les dio otros «cinco o seis golpes». «Pensé que nos íbamos a tomar por saco», explicó el testigo.
La situación parece que llegó a niveles de seguridad preocupantes. «Cuanto más le pisaba yo, más le pisaba ella. Llegué a sentir pánico por lo que podía pasar porque, a veces, notaba que no podía controlar el vehículo y que nos podíamos ir por un barranco», explicó.
Todo acabó cuando llegó una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico. «Los agentes me dijeron que si la quería denunciar saldría de allí esposada. Pero no lo hice para que el niño no viera esa situación», advirtió la víctima.
El testigo también le contó a la jueza que se encargará de elaborar la sentencia que su esposa le llegó a amenazar en una ocasión con un cuchillo con el que luego, recordó, le pinchó una rueda del coche. Contó también que antes de los incidentes ella buscaba el divorcio y que pretendía obtener mil euros de pensión, pero su abogada le dijo que nunca llegaría a obtener tal cantidad. Desde el momento que supo que no conseguiría tanto dinero no le interesó la separación, dijo el perseguido.