«Los japoneses se emocionan cuando hablan de Sarria o Palas de Rei», según Jorge López

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

SARRIA

cedida

El Camiño Francés y el oriental tienen similitudes, pero también muchos aspectos totalmente distintos, explica el presidente de la Asociación de Amigos do Camiño Francés en la comarca de Sarria

10 dic 2019 . Actualizado a las 21:46 h.

Jorge López preside la Asociación de Amigos do Camiño Francés en la comarca de Sarria, que mantiene unas estrechas relaciones con la de amigos de la ruta de los templos de Shikoku, en Japón, que preside Matsuoka. El sarriano acaba de visitar el país del sol naciente para explicarles los pasos para que sea declarada Patrimonio de la Humanidad una ruta que presenta muchas similitudes con la jacobea, pero que también tiene muchas diferencias. «Hace seis años que contactaron conmigo y desde ese momento Matsuoka me pidió que fuera a Japón para que alguien que vive en el Camiño Francés les contara a sus paisanos de primera mano lo que el les narra de lo que supone esta ruta».

En su estancia en la ciudad de Thakamatshu, Jorge López pudo comprobar como Matsuoka y otros nipones que hicieron el Camiño Francés no ocultan sus sentimientos cuando hablan de su experiencia. «Los japoneses se emocionan, en algunos casos de manera considerable, cuando hablan de Sarria, Palas de Rei, Portomarín y otros puntos del camino y en mi caso es algo que también me conmueve, sobre todo considerando que son gente que da conferencias en todo el mundo y que habla maravillas de estos pueblos de Galicia y de la ruta jacobea».

Las diferencias en la manera de peregrinar entre ambas rutas sorprendieron a Jorge López. «Los que hacen la ruta de Shikoku, excepto algunos occidentales, no suelen cubrir las etapas caminando. Lo que hacen es recorrer los templos en los que siguen un estricto ritual de purificación en el que se lavan las manos y la boca al entrar y luego encienden incienso y velas ante Buda mientras rezan».

La meta de los seguidores de la ruta nipona es lograr que sea declarada Patrimonio de la Humanidad. «En las tres charlas que ofrecí por lo que más se interesaron fue por conocer como el Camino de Santiago logró esa consideración, a lo que les respondí que lo primordial es que asociaciones, políticos y toda la sociedad hagan un frente común, de lo contrario es imposible», dijo Jorge López.

«Otro cambio notable entre ambas rutas es que los japoneses peregrinan mucho más por motivos culturales y religiosos que por turismo como sucede cada vez más en el Camiño Francés. Son más devotos», explicó Jorge López.

Japonesa que conoce a Lara Méndez

En su estancia en Japón, Jorge López vivió varias anécdotas. Una de las más curiosas fue una chica que asistía a una de sus conferencias y que se dirigió a él en perfecto gallego. «Me preguntó si conocía Lugo y a Lara Méndez. Cuando le respondí que sí me explicó que era Tamaki Kawaghosi, que participó en un intercambio universitario en el que tradujo al japonés una guía turística de Lugo con especial atención en las celebraciones del San Froilán y el Arde Lucus. Fue una sorpresa muy agradable.

Otro peregrino nipón se dirigió a Jorge López para trasladarle una carencia que sufre el Camiño Francés en Sarria. «Con mucha educación me preguntó si era sarriano, y tras responderle de manera afirmativa me solicitó que trasladara a los responsables municipales la carencia de señalización a la salida de la estación del tren, lo que generaba problemas a los peregrinos, algo que ya hice a la concejala que tiene entre sus funciones velar por los problemas de la ruta jacobea».

La mayor estupefacción para Jorge López se produjo cuando un peregrino francés, vestido con el kimono tradicional japonés, le reconoció en un albergue. «También me preguntó si era de Sarria y al responderle me dijo que me recordaba de hace un año cuando hizo el Camiño Francés y yo le sellé la credencial. La demostración de que lo que me estaba diciendo era verdad me la dio al enseñarme el documento en el que figuraba el sello de la asociación. Me costó creerlo, pero era cierto».

Jorge López dejó constancia de su paso por la ruta de Shikoku. «En el templo de Kannoji, uno de los más visitados por ser del que se parte para obtener la credencial, colocamos un placa en nombre de Sarria. Lo mismo hicimos en el de Shidoji, que está más o menos a la misma distancia del final que O Cebreiro, en el que pusimos una placa con el mapa del Camiño Francés en nombre de la Mancomunidade do Camiño».

«Algo que también me llamó mucho la atención durante mi estancia en Japón es que mucha gente con la que hablábamos conocía el Camino de Santiago», concluyó Jorge López