La Guardia Civil tuvo que disuadir varios días de esta semana a un grupo de mujeres en Ponte da Áspera
06 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Después de un año de alivio, el 2020 por la baja afluencia de peregrinos, los grupos de timadores volvieron al Camino Francés. Las asociaciones y albergueros ya alertaron esta semana a sus peregrinos de la presencia de varias mujeres que intentan pedir dinero a los caminantes fingiendo ser de una ONG. Este problema ya fue denunciado anteriormente e incluso se detuvo a alguno de los autores, pero la infracción no cesa.
Según relatan los albergueros del Camino Francés a su paso por Sarria: «un BMW impresionante deja a un grupo de tres o cuatro mujeres de origen rumano en el Mercado da Serra, a unos dos kilómetros de Barbadelo, a primera hora de la mañana» y hacen el Camino a la inversa, pasan por Vilei y se dirigen hasta Sarria, donde se ubican en Ponte da Áspera.
Su técnica sigue siendo la misma: piden firmas y una donación mínima de 20 euros para una ONG que trabaja en un colegio de sordomudos, que realmente no existe. Las mujeres, además, fingen ser sordomudas. A la vez que insisten y persiguen a los peregrinos, si no consiguen dinero, también intentan arrancar de la mochila de los caminantes algún objeto de valor, según cuentan los albergueros de la zona.
Mala imagen del Camino
Por el momento, no se ha interpuesto ninguna denuncia en la Guardia Civil, pero esta semana los agentes ya disuadieron a un grupo que se ubicaba en la Ponte da Áspera, después de que el presidente de la Asociación de amigos do Camiño de Sarria los alertara. Fueron identificadas y se les ordenó irse, pero se ubican en otros puntos. Además, aprovechan partes del Camino por donde no pueden pasar los coches: en años anteriores, acudía la Guardia Civil a caballo.
Este año, por suerte, la mayoría de los peregrinos son españoles por lo que les resulta más complicado conseguir dinero, ya que también pasa en sus localidades. Las personas vinculadas al Camino lamentan tener que lidiar con esta «mala imagen» e intentan «echarlas» cada vez que son avisadas.