Raquel se pone un reto: 110 kilómetros corriendo sin parar por la esclerosis múltiple

Raquel Carragal sabe que en 48 horas tendrá que abrigarse, enfundarse sus zapatillas de deporte, colgarse litro y medio de agua a la espalda, coger algo de fruta y chocolate y comenzar a correr. Sin parar. Por delante 110 kilómetros desde Sarria hasta Santiago por el trazado del Camino, un reto personal para visibilizar la esclerosis múltiple que arrancó con un pacto con un paciente de su centro de rehabilitación. Fue una especie de acuerdo. Un «si tú puedes, yo también».

Así empezó hace un tiempo esta conversación entre esta marinense y su paciente. «Si el conseguía salir a la calle, yo también haría el reto», explica Carragal sobre como llegó al pacto con este amigo, que tiene 48 años y sufre esclerosis múltiple. Le detectaron la enfermedad en el 2010 y el covid fue un golpe tras otro en su recuperación, sin embargo, salió adelante más reforzado. «Cuando empecé a trabajar con él, no se levantaba de la silla y ahora salimos a caminar. Tengo el mejor trabajo del mundo y si él apuesta por mí, eso ya me genera un compromiso», explica esta recuperadora deportiva, que pone cifras a esta enfermedad: «Solo en la península de O Morrazo hay 200 personas diagnosticadas, es mucha gente para una zona como esta».

Se lanza a este reto después de haber hecho otro en mayo muy similar. En primavera corrió desde Pontevedra a Santiago por el Camino Portugués. También sin descanso. Tardó algo más de ocho horas y logró reunir mil euros. Había empezado más o menos como para este. «En aquel momento, pensamos en reunir algo de dinero para aportar a una investigación que se estaba haciendo en Barcelona sobre la enfermedad. Hicimos una campaña de un euro, un kilómetro y la gente colaboró mucho», comenta Carragal. Al ver que se habían reunido mil euros para la causa, se animó a seguir luchando.

Ahora toca un reto mayor. Por un lado, visibilizar la enfermedad y por otro, enfrentarse a más de 15 horas de carrera en solitario con temperaturas bajas y lluvia. Está previsto que salga a las nueve de la mañana del centro de Sarria y corra sin parar entre 15 y 18 horas. «Supongo que llegaré sobre las cinco o seis de la mañana, sé que va a hacer frío y llover, pero a mí así me gusta más. Una vez que estamos metidos, hay que ir al 200%», explica Raquel Carragal, que asegura que «cuando pasas de los 50 kilómetros el cuerpo va continúo, pero te tira el corazón, te empuja a seguir». «Nosotros no somos ningunos héroes», apunta, lanzando un mensaje de ánimo a todos las personas que sufren esclerosis múltiple y «que se levantan cada mañana con dolor para hacer su rehabilitación».

Un entrenamiento previo

A Raquel siempre le gustó el deporte, lleva toda la vida practicándolo, pero advierte que para entregarse a más de 15 horas corriendo hace falta una preparación previa muy grande. En una semana hace dos días natación, otro corre en el monte, dos más lo hace en asfalto y tiene tres sesiones de trabajo de fuerza para poder salir a correr este sábado. «Además, en carrera necesitó una buena alimentación y mucha hidratación», señala Carragal. Para cumplir esta última parte llevará con ella litro y medio de agua con sales y con isotónico, plátanos, frutos secos y chocolate. «Cada diez kilómetros el cuerpo me va pidiendo algo de eso, yo no tomó nada químico, aquí no hay ni sobres ni nada que no sea natural», indica.

Raquel Carregal correrá sin descanso este sábado para visibilizar la esclerosis múltiple y para «hacer comunidad». «Cuando los diagnostican, muchos se sienten perdidos. Tener un local social, un grupo con el que estar te hace ver las cosas de otra forma. La asociación EMMO (Esclerosis Múltiple de O Morrazo) nace para eso», explica la rehabilitadora deportiva, que asegura que cada año se diagnostican en España 1.800 nuevos casos de esta enfermedad, que afecta ya en todo el país a 47.000 personas.

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