Los arqueólogos calculan que la vasija prehistórica podría datar de finales del sexto milenio antes de Cristo
11 jun 2019 . Actualizado a las 19:12 h.Aunque el yacimiento arqueológico de Cova Eirós -en Triacastela- es conocido por los hallazgos de la época paleolítica que proporciona desde la pasada década, en el lugar también se han podido hallar rastros humanos de tiempos muy posteriores. Uno de los más notables, que acaba de ser dado a conocer por la Universidade de Santiago y la Consellería de Cultura, consiste en los restos de una vasija de cerámica que por su tipología podría datar de finales del sexto milenio antes de Cristo. En el interior del recipiente se hallaron restos de lípidos que -según los investigadores- permiten inferior que la vasija fue usada para procesar carne de rumiantes con vegetales.
El catedrático Ramón Fábregas -director del proyecto «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca media del Miño», en el que se encuadran las excavaciones de Cova Eirós- señala que la vasija fue decorada con impresiones de conchas de berberecho y por su aspecto recuerda a la llamada cerámica cardial, característica del registro arqueológico del los primeros grupos neolíticos del sur de la península Ibérica. La cerámica de este tipo más cercana a Galicia que se conoce hasta ahora fue hallada en la cuenca del río Mondego, en Portugal, a unos trescientos kilómetros al sur de Triacastela.
Los restos de alimentos fueron detectados en un análisis realizado por Miriam Cubas, investigadora de la Universidad de York. El estado de conservación de los vestigios no permite efectuar un análisis con el método del carbono 14 para determinar su edad con más precisión.
Fábregas señala por otro lado que hasta ahora no se conocen en el norte de la península indicios materiales de actividades agrícolas con una antigüedad superior a los 4.600 o 4.700 años. La edad atribuida a la vasija es considerablemente mayor, lo que a juicio del investigador puede tener dos explicaciones. «Por un lado, pode ser que por agora non teñamos suficiente información e que as prácticas agrícolas neste territorio sexan máis antigas do que se pensaba», dice. «Pero tamén pode ser que en Cova Eirós houbese por entón grupos de cultura mesolítica que vivían da caza e da recolección e que non practicaban a agricultura e a gandería, pero que mantiñan contactos e intercambios con comunidades doutras partes da península que si as coñecían», añade.
La presentación del hallazgo coincidió con la firma de un convenio entre la USC -que coordina el proyecto arqueológico de Cova Eirós- y la Consellería de Cultura, por el cual este último organismo concederá una ayuda de 30.000 euros para proseguir las excavaciones este año.