El coche eléctrico llega a las aulas

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

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Las novedades del sector forman parte del aprendizaje de futuros mecánicos

19 may 2018 . Actualizado a las 21:50 h.

Iván Castiñeira, de Pol, tiene ganas de subirse a un coche eléctrico. Explica que nunca lo ha hecho; pero el centro en el que cursa ciclo medio de Automoción -el IES Peña Novo, de Vilalba- le ofrecerá, ya este curso, un primer contacto. Su compañero Félix Puente, de Cospeito, está en la misma situación. El primero reconoce que siente gran curiosidad por saber cómo es un coche de ese tipo. El segundo no cree que aprender los entresijos de la reparación de esos vehículos sea muy fácil o muy difícil: «Xa se verá», dice.

La posibilidad de saber cómo se maneja y cómo se repara un coche eléctrico forma parte de su aprendizaje en el instituto, que cuenta con la Automoción en la oferta de ciclos formativos de grado medio y en la FP Básica. Entre los coches que forman el parque móvil del centro, aunque estos en realidad se usan para prácticas en talleres y no para desplazamientos, figura un Renault Fluence con motor eléctrico.

Si se pone en marcha un coche eléctrico como ese, se activa la llave de contacto, y en una pantalla aparecen las opciones P (indica aparcamiento), R (marcha atrás), D (marcha adelante) y N (punto muerto, usado cuando el coche deba ser remolcado).

Un movimiento hacia adelante o hacia atrás permite comprobar, por muy pocos que sean los metros recorridos, que el funcionamiento es silencioso: «Vas a 120 e non hai ruído de motor, só a rodadura», explica el profesor Juan Dorado. Uno de los principales inconvenientes está en la escasa autonomía de viaje que permiten estos coches -unos pueden recorrer unos 120 kilómetros sin recarga, y otros, hasta 180-, muy alejada todavía de la que se tiene si el vehículo consume gasolina o gasoil.

Para quien vea, como mecánico del presente y del futuro inmediato o como simple observador, un motor de este tipo, la imagen es muy distinta: no hay pistones, ni válvulas, ni cajas de cambios... Los que los arreglen deberán adoptar una serie de precauciones -por ejemplo, llevar calzado y guantes adecuados- y contar también con herramientas específicas: un destornillador, por ejemplo, tendrá un mango aislado para evitar riesgos. «É como traballar con electricidade industrial», afirma el profesor José Luis Fernández.

Por ahora, de todos modos, la posibilidad de arreglar esos motores es menor que la de reparar otros, ya que los coches con motor eléctrico son más caros y se venden menos: «Lei da oferta e da demanda», sentencia Dorado. Pero mientras no se popularizan esos vehículos en carreteras convencionales y en vías de alta capacidad, los alumnos del IES Peña Novo se van familiarizando con vehículos impulsados por otro tipo de motores: así, hay también un Seat Altea que tiene motor bifuel, que tanto consume gasolina como gas licuado propanado, y un Toyota Prius híbrido, que puede funcionar con gasolina o con electricidad. Son los coches del futuro o más bien los del presente, y Vilalba es uno de los lugares donde se forman sus próximos mecánicos.

El arreglo de turismos con motor bifuel o híbrido también se explica a los jóvenes