
La explotación debe estar registrada, y el animal ha de estar aturdido
23 nov 2020 . Actualizado a las 21:32 h.Avanzado el otoño, llega el tiempo de las matanzas caseras, en las que el cerdo es el gran protagonista de los sacrificios. Hacer la matanza en las casas todavía es posible, teniendo en cuenta la normativa, aunque deben seguirse varios preceptos.
Comunicación
Aviso a la Xunta
El que desea realizar una matanza domiciliaria debe comunicar su intención a la Xunta con una cierta antelación —unas 24 o 48 horas—. Ese trámite se dirige a dos consellerías, la de Medio Rural y la de Sanidade, con competencias en el tema: la primera, sobre los animales vivos; la segunda, sobre los animales muertos. Realizar esa comunicación no tiene ningún coste para el solicitante, como precisó ayer Gerardo Criado, veterinario de la Oficia Agraria Comarcal de Vilalba.
Inscripción
La explotación debe estar registrada
La explotación donde se va a realizar la matanza debe estar inscrita en el registro de la Xunta. Ese requisito es necesario con independencia del número de animales que haya o que se vayan a sacrificar.
Muerte
La res debe estar aturdida
Uno de los aspectos novedosos introducidos en los últimos años es la necesidad de que las reses queden aturdidas para el sacrificio, con lo cual se les evitan sufrimientos. En el caso del ganado porcino, un método implantado en los últimos años es el de las pistolas, en las que se usan cartuchos de fogueo, de potencia directamente proporcional al tamaño del animal. También es conveniente practicar el sangrado justo después. Está indicado que el corte se realice hacia el pecho, ya que así se accede con facilidad a los vasos sanguíneos cercanos al corazón.
Consumo
Prohibida la venta
La carne de animales sacrificados en casas debe usarse para consumo propio; está prohibida la distribución.
Detalle
El 2020, un año diferente
Las circunstancias derivadas del coronavirus influyen en las matanzas de este año, ya que las restricciones impuestas en algunos municipios reducen los movimientos y la presencia de vecinos o de familiares en una casa.
Las ferias están amenazadas por la presencia del coronavirus
Lo habitual, hace décadas, era que en una casa se criasen varios cerdos, que se mataban avanzado el otoño. En los últimos tiempos fue abriéndose paso la costumbre de comprar animales ya cebados, que se sacrifican unas semanas después. Con ese perfil surgió, hace más de 30 años, la Feira do Porco da Ceba de Cospeito, que organiza el Concello y que probablemente no se celebre este año. Las restricciones decretadas ayer para Vilalba, de donde proceden criadores y compradores, complican la situación, como reconoció ayer el concejal Álvaro Puente.
