El párroco de Momán celebra el oficio semanal en instalaciones del Concello de Xermade
09 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.A grandes males, grandes remedios. Algo así pensó el sacerdote Luis Rodríguez Patiño, encargado de la parroquia de Momán (Xermade), de la de Labrada (Guitiriz) y de otras en los municipios de Aranga y de Monfero. Ante las nuevas restricciones a la movilidad derivadas del covid-19, acordó una idea para celebrar la misa de los domingos en Momán sin problemas de espacio.
Momán tiene un campo de la feria, recuerdo de días de animados mercados que ya no se celebran, y una nave que pertenece al Concello levantada en ese espacio. Sitio sobra, así que solicitó autorización para poder usar la nave, como ya había hecho en la primera ola de la pandemia. En la iglesia parroquial, con las restricciones de estas semanas, solo pueden entrar 30 personas, mientras que en la nave hay más espacio. La afluencia de feligreses no es mayor, pero no hay estrecheces ni agobios de sitio, dice el sacerdote.
Patiño destaca incluso que esta nave está en el centro del pueblo, algo que no ocurre con la iglesia, situada en la salida hacia As Pontes. Tampoco parece ser un espacio más frío que el templo. «Por ahí, por ahí», comenta. Él, de todos modos, subraya que lo importante es la celebración litúrgica en sí, y se muestra satisfecho de haber ideado esta alternativa en tiempos de coronavirus; no obstante, recuerda que no por ello se descuidan otras obligaciones: por ejemplo, en la nave donde tiene lugar la misa hay un dispensador de gel.