La «spin off» salida de la Universidade de Santiago sirve sus productos a universidades como Harvard y Oxford, a grandes farmacéuticas y hasta a la NASA
09 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Hace 21 años, Javier Sardina, catedrático de química orgánica de la Universidade de Santiago, le propuso hacer a Carlos Cobas una tesis sobre resonancia magnética de alta resolución. De los resultados de esta investigación salió una de las aplicaciones informáticas más utilizadas mundialmente en el sector, tanto a nivel universitario como industrial. Tanto, que grandes laboratorios como Pfizer y Bayer, universidades como Harvard, Princeton, Oxford y Yale e incluso la NASA estadounidense utilizan los productos diseñados por una empresa fundada hace 12 años en Santiago, que también dirige Santiago Domínguez, cuyo mercado es internacional en un 97 %.
¿Qué vende Mestrelab? Software. Software que permite analizar datos espectroscópicos, cromatográficos y espectométricos. La espectroscopia permite estudiar la estructura más íntima de la materia y permite determinar no solo la composición de una sustancia, sino también cómo están conectados los átomos entre ellos y cómo interaccionan unas moléculas con otras. Y esa técnica, explican desde Mestrelab, «es clave en muchas aplicaciones, desde el análisis de fármacos, como el diseño de nuevos materiales y aplicaciones nanotecnológicas o incluso la investigación astrofísica».
Y la empresa sigue evolucionando. Actualmente, trabajan en aplicaciones de inteligencia artificial diseñadas para apoyar e incluso reemplazar la toma de decisiones por parte de químicos y biólogos en problemas rutinarios, lo que permitirá liberarlos para concentrarse en problemas más complejos que requieren de altas dosis de creatividad y además, incrementar la productividad.
Y como empresa de base tecnológica, Mestrelab se rige por la investigación y el desarrollo. Por eso, el 75 % de su presupuesto se invierte en I+D. «La clave de nuestra competitividad internacional es la calidad de nuestro producto y en nuestra industria, la calidad es sinónimo de innovación y desarrollo», explican. Además de darle un producto de mayor calidad, mejora su márketing, «dado que en entornos científicos la calidad de la investigación es el mejor vehículo para promocionar nuestra marca». Y no solo eso. También colaboran estrechamente con las universidades gallegas y especialmente su alma mater, «que tiene excelentes capacidades en química, física y matemáticas».
El equipo de Mestrelab está formado actualmente por una treintena de personas | sandra alonso