Cómo hacer de las lentes de contacto un medicamento

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

MERCADOS

El grupo I+D Farma de la USC ha patentado hidrogeles que permiten ceder sustancias de manera sostenida

01 may 2017 . Actualizado a las 08:44 h.

Imaginen un paciente con conjuntivitis. Imaginen que no tiene que estar pendiente de aplicarse el dichoso colirio. Imaginen que se pone una lente de contacto que va suministrando poco a poco el fármaco que le hace falta para acabar con esa patología. Dejen de imaginar. Porque esa tecnología existe. La ha desarrollado el grupo I+D Farma de la Universidade de Santiago que, a través de sus más de veinte años de experiencia en investigación de hidrogeles con prestaciones mejoradas, ha patentado un hidrogel que permite crear lentes de contacto que carguen y cedan sustancias de manera sostenida.

«Puede hacer que en el día a día la lente de contacto resulte más confortable en el caso de un usuario que la utilice para corregir un problema de visión, o puede ser que ceda de manera controlada un determinado fármaco para el tratamiento de una patología». Lo explica una de las artífices de esta innovación en nuevos materiales, la investigadora Carmen Álvarez-Lorenzo, que junto a Ángel Concheiro han fundado la start up HG Beyond a partir de sus resultados de investigación. En principio, la lente de contacto podría tratar cualquier patología que afecte al segmento anterior del ojo, sobre todo a nivel de córnea, como puede ser el síndrome del ojo seco, el glaucoma o esa conjuntivitis tan molesta. Pero la visión de HGBeyond y de su equipo es ir más allá y, «según como se diseñe la lente, se podría hacer que el fármaco alcance estructuras más profundas del ojo». Eso permitiría tratar otro tipo de patologías, como queratopatías asociadas a la diabetes o incluso retinopatías. Pero eso es el paso siguiente.

No es la única aplicación de esta tecnología. También se puede utilizar para tratar aguas residuales si es necesario captar algún contaminante o ceder alguna sustancia al medio ambiente, por ejemplo.

Formada por un equipo de seis personas y presidida por Paloma Cabello, asesora del foro empresarial del MIT (Massachusetts Institute of Tecnology), en el que también se formó Carmen Álvarez-Lorenzo, los miembros de la start up son optimistas en cuanto a su llegada al mercado aunque todavía no hay una fecha, ya que el proceso regulatorio de los productos sanitarios es largo. Pero «hemos comprobado que todo el procedimiento para implementar esas nuevas prestaciones en los hidrogeles se puede hacer a nivel industrial y los resultados preclínicos avalan que su funcionamiento es muy ventajoso con respecto a otros sistemas», explican.