Su gremio está en estos momentos en el epicentro del conflicto de las aerolíneas. El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas admite movimientos entre los empleados de las compañías.
-¿A Ryanair le vuelan los pilotos?
-Sí, hay trasvase de pilotos, pero también de otras compañías a Ryanair.
-Muchos han fichado por aerolíneas de la competencia...
-Nos llegan muchas quejas y nos consta que bastante gente ha abandonado la empresa. El libre mercado funciona en los dos sentidos, a veces, también nos beneficia.
-¿Los billetes baratos son sinónimo de precariedad laboral?
- No necesariamente, aunque hay una relación. No es el modelo de negocio, sino cómo lo gestionas. El low cost es razonable si no se lleva a los extremos a los que determinadas empresas llegan.
-Por ejemplo, ¿Ryanair?
-La falta de estabilidad, los empleos atípicos que evitan la relación laboral directa, no son para nada exclusiva suya.
-¿Se atreve a darnos un ejemplo de buenas prácticas?
-Hasta donde sabemos, Easy Jet. Contratos indefinidos, sistemas de movilidad, niveles salariales razonables…
-Con tanta demanda, ¿hay pilotos en el paro?
-Creció la demanda de pilotos experimentados. Pilotos iniciales, que aún no han conseguido su primer puesto de trabajo, hay muchísimos.
-¿Las low cost han empeorado la vida del gremio?
-Quienes más sufren son los pilotos iniciales. Sus condiciones son muchísimo más inferiores a las de antes de la crisis. Para un principiante un salario normal está entre los 30.000 y los 35.000 euros brutos anuales. Los hay peores.
-¿Cuesta amortizar el desembolso que supone hacerse piloto?
-Sí. Supone un esfuerzo importante, gravoso. El curso reconocido por la Agencia Europea no baja de los 80.000 o 90.000 euros. Luego viene la habilitación de tipo, la especialización. Entre unos 20.000 o 60.000 euros, depende del avión y la escuela. Históricamente, la asumían las compañías. Ahora lo tienes que asumir tú.