Titular de una plaza de Economía Aplicada y decano del Colegio de Economistas de A Coruña, el profesor Taín analiza la realidad económica mundial.
-En la lista de empresas más valiosas, para hallar una europea, hay que ir al puesto 19. ¿Qué es lo que ha ocurrido en estos años?
-La economía en los últimos tiempos se ha volcado hacia los servicios y las nuevas tecnologías, haciendo que las empresas relacionadas con estos sectores hayan alcanzado una concentración de valor que no tiene comparación con el de la industria tradicional. Y de ahí que Europa haya perdido posiciones en ese nuevo ránking mundial, en el que EE.UU. de forma destacada, pero también cada vez más países de Asia, han sabido crear las condiciones para generar empresas ligadas a esa nueva realidad económica.
-¿Qué riesgos comporta para Europa?
-Las empresas de la nueva economía, junto con la creación de valor, están generando una concentración de poder que se retroalimenta, haciendo que unas pocas compañías, básicamente radicadas o con origen en Silicon Valley, estén acaparando la mayor parte del mercado de los nuevos negocios. Ello conlleva que muchas de esas empresas (pensemos en Apple, Google, Microsoft, Amazon o Facebook) tengan cada vez mayor tamaño, e incluso mayor capacidad de influencia, que muchos países. El hecho de que Europa haya quedado rezagada
en lo que podríamos denominar la primera revolución de la nueva economía, le ha hecho
perder peso e influencia a nivel mundial.
-Hay quien vaticina que la mitad de las empresas de S&P 500 habrán desaparecido en la próxima década...
-Esa afirmación me parece un tanto apocalíptica. Recordemos que en el índice S&P 500 están las 500 empresas más grandes de EE.UU., por lo que no me parece probable que se cumpla ese vaticinio. Lo que sí ocurrirá es que, incluso más de la mitad de esas compañías, dentro de diez años no desarrollarán su actividad de la misma forma, incluso ni en el mismo sector, en el que lo hacen ahora. Transformarse para adaptarse a la nueva realidad o morir. Y el potencial de esas empresas les da capacidad suficiente para esa evolución.
-¿Qué oportunidades se abren para España?
-Aunque cuando hablamos de las empresas de la nueva economía pensamos en gigantes como los antes mencionados, la orientación de las firmas hacia los servicios y el conocimiento, con menos activos fijos, menos empleados y trabajando en red, hace que se reduzcan las barreras de entrada, creando oportunidades para nuevos actores. Esa realidad también está disponible
para España, siempre que cree las condiciones necesarias para el desarrollo de estas nuevas actividades.
-¿En qué posición se encuentra la comunidad gallega?
-Galicia también será capaz de aprovechar las oportunidades que genera la nueva economía, dado que tenemos el potencial de conocimiento, que es la piedra angular para contar con presencia en ese ámbito. Con una actitud proactiva de los agentes implicados, universidades, centros tecnológicos e iniciativa privada y con el apoyo e impulso imprescindible de la Administración, estaremos en igualdad de condiciones que otras muchas regiones europeas. La decisión de Telefónica de instalar en Galicia su centro mundial de ciberseguridad es un buen ejemplo en este sentido.
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