«Muchos se sorprenden pero cojo con frecuencia el bus en la ciudad»

Mila Méndez Otero
M. Méndez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

MARCOS MÍGUEZ

21 ene 2018 . Actualizado a las 04:45 h.

Si José Prada promete que acudirá a la entrevista en media hora, una puede tener la certeza de que las agujas del reloj no se moverán un minuto del horario acordado. La puntualidad es uno de los valores que más aprecia fuera y dentro de la empresa en la que ahora ocupa un segundo puesto como presidente. La primera línea ha preferido dejarla en manos de su hijo Ignacio. Él es ahora el actual director, como ya lo fue su abuelo. Isaac Prada, oriundo de Valdeorras, se hizo con la concesión del transporte urbano de A Coruña en la década de los sesenta. «Tranvías es una empresa centenaria, se fundó en 1901, pero lleva siendo familiar 40 años», matiza el último de la saga de los Prada.

Desde los tranvías guiados por mulas, la movilidad ha evolucionado hasta los autobuses adaptados y la aplicación en la que se puede consultar en el teléfono a qué hora llega el bus. Ignacio presume de que predica con el ejemplo: «Muchos se siguen sorprendiendo cuando me ven, pero cojo con frecuencia el bus. Te deja en el punto que quieres, sin necesidad de dar vueltas buscando aparcamiento ni pagar párking». «¡Y no es publicidad!», subraya más tarde. Sus encuestas dicen que en los tramos urbanos menos de un 30 % de los viajeros van en coche privado. La proporción se dispara cuando hay que viajar hasta un ayuntamiento limítrofe. «Es aquí donde tenemos una de las posibilidades de crecimiento», añade.

Su aterrizaje en Tranvías, premio a la Familia Empresaria de Galicia 2017 por parte de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar de la que forman parte 55 sociedades de la comunidad, no estaba planeado. Durante el impás entre padre e hijo, contaron con un gerente. «No se quiso forzar a ninguno de los tres hermanos a tomar las riendas de la compañía. Cada uno estudió lo que quiso. Yo también. Al terminar Ingeniería Industrial, trabajé seis años en una consultora multinacional», justifica. Sin embargo, un día, sintió la llamada: «Marqué el número de mi padre. Le dije que no estaría mal que lo ayudara si lo necesitaba». Sobre las sociedades familiares considera que tienen «un alma, unos valores que impregnan el negocio y son buenos para su rentabilidad. Se busca el rendimiento a corto, pero también a largo plazo». Entre los desafíos cita los avances tecnológicos, como «el pago directo por móvil». Ampliar rutas, buses híbridos y mejorar la aplicación online son otros. Sobre la continuidad familiar en Tranvías, es flexible: «No sé lo que van a desear mis hijos o mis sobrinos. Si ellos siguen, estupendo. Si no, pues qué le vamos a hacer. Hay dos dimensiones, la directiva y la propietaria. Si la primera se deja y profesionaliza, la familia puede seguir con la propiedad aportando sus valores, aunque sea desde un segundo plano».

Han sido premiados como la mejor empresa familiar del 2017 en Galicia