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La mejor «startup» gallega del año, rastrea las oscilaciones de la competencia, alerta a sus clientes y les permite contraatacar automáticamente con un clic
13 may 2018 . Actualizado a las 14:12 h.Hace ya casi cuatro años que Fernando Gómez empezó a intuir que algo pasaba en Internet con los precios. Que en su control estaba la miga, que había que estar atentos. Dedicado al más puro y duro e-commerce, detectó con sorpresa que determinados artículos que normalmente se vendían con mucha facilidad, dejaban de repente de venderse. ¿Qué pasaba? Que los competidores habían bajado sus precios. Que el cliente, siempre desleal, se largaba a la primera de cambio con otro mejor.
Para llegar a esta conclusión, Gómez y su equipo llevaron a cabo una primera investigación manual, pero pronto se dieron cuenta que esta dinámica -comprobar uno a uno los movimientos de la competencia- era un auténtico trabajo de chinos, así que, sin perder un minuto más, se pusieron manos a la obra para desarrollar una herramienta que lo hiciese por ellos. La primera beta se engendró en el 2015: «Si a nosotros nos está pasando eso -recuerda que pensaron-, le tiene que estar pasando del mismo modo a un montón de gente, y no solo en España, también en el resto de países». La reflexión cambió el planteamiento, y en lugar de enfocar su programación a una compañía concreta, decidieron repensarla como SaaS, un tipo de aplicación que se ofrece a través de Internet para ser usada por clientes distintos.
La solución fue presentada como Boardfy un año más tarde a Conector Startup, en Barcelona, donde recibió su primer balón de oxígeno en forma de inyección económica: 60.000 euros a los que enseguida se sumaron otros 125.000 de VíaGalicia. Fue en la capital catalana donde Gómez conoció a la segunda pieza del tándem, Lavin Luis, desde entonces cofundador y responsable de ventas. «A partir de ahí, empezamos a trabajar en la primera ronda de inversión, porque sin dinero no podíamos avanzar -relata-. Y en el 2017 cerramos con el Banco Sabadell 235.000 euros a través de BStartup10». Avanzaron, por lo tanto, por una paralela doble vía: por un lado, esta participación y, por otro, la de la cuarta edición de VíaGalicia. «Esta aceleradora, además de ayudar a los proyectos que están empezando, está generando un ecosistema de startups que tiene un valor incalculable -insiste en destacar Gómez-. Con el tiempo, habrá un clima más propenso a montar este tipo de empresas, y las grandes firmas gallegas empezarán a ver en ellas un aliado importante. Y creo que VíaGalicia está plantando en esta comunidad la semilla de algo que puede ser brutal en unos cuantos años».
Hoy Boardfy son diez personas que perfeccionan un sistema de comparación de precios online que ya rastrea webs de medio mundo. Trabajan con más de cien clientes, ostentan el título de mejor startup gallega y están a punto -desembarcarán esta misma semana- de dar el salto a Estados Unidos. Pero, ¿a quién concretamente está dirigida esta herramienta? A dos tipos de clientes: las marcas y los e-commerce.
«Las marcas tienen un gran problema, porque Internet ha democratizado las ventas y los precios, y ellas desconocen quiénes son los que realmente venden sus productos y, sobre todo, si están respetando sus precios recomendados». Muchos portales los bajan hasta el límite y rompen el mercado, afectando a la marca y también al resto de distribuidores. Y lo que Boardfy hace es alertar al fabricante: aquí están reventando tu precio, este día y en este momento. Y este es el valor al que han vendido tu producto. El aviso es inmediato, casi en tiempo real, y se traduce en una ventajosa capacidad de reacción. «Si nadie le informa, días más tarde le llegará una queja de algún distribuidor que deja de comprarle porque otro está tirando los precios».
¿Y a los e-commerce? «Los ayudamos a identificar quiénes son sus competidores reales y les mostramos sus precios». Y no solo eso: son capaces de «espiar» cómo van variando a lo largo de todo el día. Extraen los datos en tiempo real -y esto son los únicos que lo hacen-: que el otro abarata su stock, alerta; que ajusta de nuevo el importe, alerta. Todo ello en una sola plataforma, en la que, en función de esta información, el cliente puede cambiar sus precios con un solo clic, manualmente o de forma automática. «Mediante una serie de reglas, puede hacer que un sistema modifique estas cantidades, por ejemplo, quiero que en determinada categoría y marca se baje un 1 % cada vez que se detecte que alguien tiene un mejor pricing, siempre y cuando tenga un margen mínimo de un 15 % y el competidor no sea español».
Así -a base de pautas- funciona su máquina, capaz de reaccionar emancipada del control del humano. «Bajamos los precios para vender más, y los subimos para ganar más margen en función de cómo se comporta el adversario. Ajustamos no para vender más barato, sino para hacerlo mejor: sacando el mayor beneficio posible» -se esfuerza Gómez por dejar claro-. Actualmente hay un problema muy importante de márgenes, sobre todo en España, porque Internet los reduce constantemente. Y muy pocos e-commerce están ganando dinero hoy en nuestro país». «De nuestros clientes, el 90 % estaba perdiendo dinero con el 40 % de los productos y no lo sabían», añade.
Hay, en todo lo que cuenta Fernando, una idea que se repite varias veces en la conversación: las reglas automáticas por sí solas no te van a hacer ganar más dinero si no están bien afinadas. Ahí es donde está la clave y, ahí sí, es donde entra en juego el trabajador, el criterio humano. «Es muy importante que se revisen manualmente los precios, la dinámica de la competencia, para intentar entender qué reglas se deben crear, cuáles son las más adecuadas». Cuanto más inteligentes sean estas instrucciones para actuar, más lo será el sistema. ¿Y a largo plazo? «Llegar a poder predecir el comportamiento de los precios».