Abogada y economista, Rosa Guirado es experta en plataformas colaborativas, emprendimiento, contratación mercantil, competencia y sectores regulados. A través de Legal Sharing, que ella misma fundó, ofrece servicios de formación y asesoría jurídica en el ámbito de la economía colaborativa. Por su experiencia dice que hay mucha información falsa, «mucho ruido» circulando en torno a las plataformas digitales. Está convencida además de que, al contrario de lo que defienden muchos, «son una fórmula ideal para acabar con la economía sumergida porque tienen todos los datos digitalizados».
-¿Por qué se están encontrando algunas como Uber o Airbnb tantos obstáculos?
-Porque como dice el propio Tribunal Supremo la competencia molesta. Hay dos tipos. La que fomenta la economía de mercado y responde al interés general al tener por objetivo favorecer al ciudadano provocando una bajada de precios, aumentando la oferta e incrementando la calidad. Luego está la desleal que se produce cuando el mercado está más maduro. Pero una cosa es la competencia desleal y otra no dejar entrar a un competidor, decir que hay competencia desleal cuando algo molesta.
-Los taxistas apuntan que Uber y Cabify hacen competencia desleal. ¿La hay?
-Una de las causas de la competencia desleal es que se incumpla la ley. Lo que alega el sector del taxi para apoyar ese argumento es que Cabify o Uber no cumplen con la ley que marca la proporción de 1 licencia VTC por cada 30 de taxi. Pero ese baremo lo marcaba una ley antigua y fueron eliminados en el 2009, cuando en época de Zapatero se aprobó una norma -la Ley Omnibus- que trasponía una directiva europea del 2006 de libertad de servicios. Más tarde, en el 2013 se aprobó un real decreto que ponía de nuevo una limitación, pero no se hablaba todavía del 1-30. Fue en el 2015 cuando se restableció. (...) A día de hoy la proporción del 1-30 no se cumple, pero no porque haya un incumplimiento de la norma, es porque en su momento hubo una ley que las liberalizó. Al restablecerse los baremos no van a poder concederse nuevas licencias. Lo que quieren los taxistas es que las competencias pasen a los concellos o las comunidades porque administraciones locales como la de Barcelona exigieron una segunda licencia a los vehículos VTC para poder operar, algo que fue tumbado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Pero esa segunda licencia es una barbaridad jurídica. Es como hacer retroactivo el baremo del 1-30 del 2015.
-También hay los que acusan a otras plataformas como Deliveroo de fomentar la precariedad laboral. ¿Qué hay de eso?
-Al dividir los salarios mínimos que se cobran en España por horas o minutos podemos comprobar toda la precariedad laboral que hay en el país. Pero lo que está claro es que no pueden crecer de la mano de la precariedad laboral. Otro tema es qué régimen han de tener esos trabajadores. A mi juicio, alguien que trabaje repartiendo paquetes para Deliveroo es personal laboral, no autónomo.
-Lo que parece claro es que las normas para regular esto van por detrás de la realidad.
-Lo que no puede haber es un exceso de regulación. No hay que hacer una ley para proteger al taxi o a los hoteles porque eso va contra la competencia. No es hacer eso porque no cabe duda que lo que hay que regular es todo lo que compete a temas fiscales, laborales...
No hay que hacer una ley que proteja al taxi, hay que regular los temas fiscales y laborales»