El gigante de Internet ya no solo vende todo tipo de productos a través de la red. Su creador también ha decidido probar suerte en negocios tan dispares como la sanidad o la educación
07 mar 2019 . Actualizado a las 16:40 h.Amazon tiene parte de la culpa de que nuestro almanaque haya teñido de negro un viernes al año. Un día que desde hace unos años compite con las rebajas y que ha conseguido incluso cambiar nuestra planificación y adelantar las compras navideñas hasta el mes de noviembre. El Black Friday se ha extendido a la mayoría de los negocios de nuestro alrededor. Pero Amazon sigue siendo uno de los que más jugo saca a esta fecha. Las cuentas de su fundador, Jeff Bezos, se disparan cada viernes negro. Pero Amazon es mucho más que una simple fecha al año.
El gigante de Internet se convertía el pasado mes de septiembre en la segunda empresa estadounidense en alcanzar una valoración bursátil de un billón de dólares, un exclusivo club del que hasta la fecha el único socio era Apple. Y para lograrlo, no solo vende toda clase de cachivaches a través de la red y distribuye contenido audiovisual en su particular Netflix. Jeff Bezos se ha lanzado a la conquista del mundo… Y del más allá. Educación, textil, comida o incluso sanidad. Los tentáculos de Amazon llegan hasta los sectores más insospechados.
En 1997 -tres años después de su creación-, Amazon vendía un millón de productos, entre los que los libros eran la base del negocio. En enero del 2018, el catálogo estaba cifrado en más de 560 millones de productos y la literatura había dejado de ser el negocio más rentable. La ropa, el calzado y la joyería son las reinas de una plataforma que algunos expertos aseguran que en el 2021 se convertirá en el mayor vendedor de textil de Estados Unidos.
Bezos no se conforma. No solo quiere vender tecnología, productos de droguería, electrodomésticos, libros, videojuegos o comida para animales a cualquier parte del mundo. Su visión de negocio es demasiado grande para quedarse ahí.
En el 2017, el magnate americano incorporaba a su modelo de negocio la alimentación más tradicional, la física. Y lo hacía tras desembolsar 13.700 millones de euros con la compra de la cadena de supermercados Whole Foods. Pocos meses después abría la primera tienda sin colas ni cajeros del mundo. Amazon Go empezaba a sentar las bases de lo que podía ser el modelo de negocio de la alimentación del futuro. Y sus competidores, incluidos los más grandes, se echaban a temblar.
Empresas de todo el mundo miran de reojo a Amazon. Cada paso que la multinacional da provoca una pequeña sacudida en el mercado. Hasta cuando decide subir el sueldo a sus trabajadores, el resto de compañías sacan preocupadas la calculadora.
El multimillonario anunciaba este año un aumento en las nóminas de su plantilla. Cuando los expertos se pusieron a bucear un poco en el tema se toparon con teorías que apuntaban a una estrategia puramente económica. Al subir Amazon el salario de sus trabajadores, esto puede convertirse en una demanda generalizada en el sector obligando a la competencia a hacer lo propio. Y no todas las compañías pueden permitírselo. Con este sencillo golpe de efecto, Amazon podría provocar que sus competidores se queden sin trabajadores cualificados o sin dinero para seguir adelante, afianzando así su posición de monopolio.
a por la sanidad
El gigante de la red no solo quiere proporcionarnos comida, ropa y ocio. También pretende velar por nuestra salud. Por un buen puñado de euros, claro.
Farmacéuticos de todo el mundo se han empezado a poner nerviosos al ver algunos de los últimos pasos de la criatura de Bezos. Amazon ya no solo vende cremas, tiritas, pañales, cosméticos o vitaminas. Ahora quiere distribuir medicamentos a domicilio, y para ello ha comprado la mayor farmacia online de Estados Unidos, Pillpack, con la que también puede cambiar por completo la forma que hasta ahora conocíamos de comprar productos para nuestra salud.
Los seguros sanitarios tampoco se le han escapado al magnate. Bezos se alió con Warren Buffet y JP Morgan en enero para crear una compañía con la que abaratar la cobertura sanitaria de los empleados de la compañía. Prometían que su iniciativa era «sin ánimo de lucro» y con el fin de poder ofrecer a sus trabajadores «mejores cuidados a un precio más bajo». Pero entre sus planes está replicar el modelo. Como siempre, no hay idea del multimillonario que no provoque un terremoto. Las aseguradoras americanas amanecieron tras el anuncio con unos estrepitosos números rojos en bolsa.
El jefe también quiere tener algo que decir en la educación. Su primer proyecto de filantropía será precisamente la construcción de una red de escuelas -basadas en el método Montessori- en comunidades de escasos recursos para que los niños tengan acceso a la educación.
Y como los negocios terrestres se le quedan cortos, Jeff Bezos también se ha lanzado -con su compañía Blue Origin- a la conquista del espacio exterior.
Amazon es la segunda compañía en alcanzar un valor bursátil de un billón de dólares
ILUSTRACIÓN: MABEL RODRÍGUEZ