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Cajeros gallegos de «autocheck» para hoteles y pisos turísticos

María Viñas Sanmartín
María Viñas REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

M.MORALEJO

La firma viguesa Ictel Ingenieros programa, manufactura y despacha máquinas con apariencia de cajero automático que permiten que el huésped de un alojamiento pueda hacer el registro y recibir su llave al llegar, sea la hora que sea y sin esperar colas, de forma autónoma, desatendida

04 feb 2019 . Actualizado a las 20:26 h.

La primera máquina de autocheck-in de la empresa viguesa Ictel Ingenieros nació para cubrir un apuro distinto a la necesidad que estos cajeros acabaron solventando. El propósito, sin embargo, sigue siendo el mismo: permitir que un huésped pueda despachar el proceso de registro al llegar a un hotel de forma autónoma, desatendida.

Todo empezó hace ya siete años. «Un cliente nos pidió una solución a medida para solucionar un problema de privacidad: quería que los hospedados en su hotel llegasen, pagasen y se marchasen sin tener que ver a nadie -explica Juan Vila, director general de la firma de ingeniería de desarrollo-. Lo hicimos y nos dimos cuenta de que ahí podría haber un campo de negocio, que el ahorro que proporcionaba era grande, y empezamos a desarrollar un producto estándar para poder venderlo a mucha gente, pero que fuese muy configurable, personalizable, con idiomas, varios medios de pago, con una gran capacidad de adaptación».

Así nació Roommatik, principal marca de la empresa especializada en software y hardware de administración y domótica hotelera, hoy líderes en el mercado gracias a sus innovadores cajeros. «No queremos competir con programas de gestión -deja muy claro Cristina García, responsable de proyectos-, queremos colaborar con ellos. Se trata de un proceso parcialmente sustitutivo o complementario de la atención de la persona que está en recepción».

Con tres estructuras distintas a elegir en función de las necesidades de cada cliente -para mostrador, para colgar o empotrar, y el grande, sobre un pedestal-, los quioscos Roommatick son capaces de escanear el DNI (o el pasaporte), de recoger el parte de viajeros firmado y la ley de protección de datos aceptada, de tramitar el pago de la habitación, de enviar los datos a la policía y de entregar y recoger la llave de la habitación, todo, sin asistencia humana. «También podemos crear una llave física, una llave convencional -añade García-, lo que a los apartamentos turísticos, que están muy de moda, les viene muy bien, porque al huésped se le da el llavero completo: no solo la tarjeta electrónica para abrir la puerta de la habitación, también la llave física del portal».

Tres son también sus potenciales clientes. Por un lado, los hostales, los citados apartamentos y los hoteles pequeños, de unas 20 habitaciones, grueso principal de su cartera, que actualmente ronda los casi 200 usuarios -las máquinas son más, porque hay clientes que tienen más de una-. «Este tipo de negocios suelen cerrar, no tienen abierto las 24 horas del día los 365 días del año -indica Vila-. No les resulta rentable tener a alguien trabajando en el turno de noche esperando por un único cliente que va a llegar de madrugada. Nos compran la máquina para cubrir ese horario en el que ellos no están: ahorra personal, hace viable el negocio y permite al alojamiento prestar servicio de forma ininterrumpida».

El segundo cliente hacia el que miran es el hotel grande, pero el problema que soluciona aquí la máquina es completamente distinto: las colas. «Imagina que a un hotel de 200 habitaciones llega de repente un autobús lleno de personas que se ponen a hacer check-in todos a la vez y, al mismo tiempo, un viajero de negocios que se encuentra con 60 personas delante -pone como ejemplo el directivo vigués-. La máquina sería aquí un apoyo, el huésped tendría la opción de que le atendiese una persona o de hacer el registro él mismo, saltándose la espera, de manera más ágil».

Hablan ambos de un tercer caso a tener en cuenta que son muchos al mismo tiempo, otros sectores en los que sus máquinas resolverían más de un quebradero de cabeza: «Acabamos de hacer ocho cajeros que expenden la pulsera de un centro termal de Andorra y estamos entrando en el terreno del alquiler de coches con intención de solucionar el problema de que el cliente llegue tarde, a deshora, y que no haya nadie para recoger sus datos y entregarle la llave del automóvil que ha alquilado». ¿Su gran fortaleza? Una gran capacidad de integración con otras tecnologías, con los sistemas de gestión de los alojamientos, y con los canales de venta.