El servicio en la comunidad, entre los de mayor calidad del país. Los operadores prometen más inversiones
23 jun 2019 . Actualizado a las 05:10 h.La electrificación de la economía es una realidad que presenta además una demanda creciente por parte del ciudadano. Es un contexto que va acompasado por una planificación energética con una elevada carga medioambiental, que apuesta por fuentes de generación renovables y con bajas emisiones contaminantes a la atmósfera. Galicia afronta el reto de tener que canalizar toda la nueva potencia renovable -que implicará, entre otros, triplicar la energía eólica instalada hasta el momento en la comunidad- a través de las redes de transporte actualmente en uso. No obstante, los principales actores implicados en este mercado coinciden al señalar que la comunidad está preparada para dar respuesta a estas necesidades, lanzando ambiciosas inversiones y propiciando la colaboración público-privada.
«Galicia es la región de España en donde más invertimos en redes, tanto en términos absolutos como relativos», aseguró Raúl Suárez, director de UFD, en una jornada sobre El papel de las redes eléctricas gallegas en la transición energética, organizada por Naturgy en colaboración con La Voz de Galicia. Además, añadió que, en el plan diseñado por la compañía para los próximos años, en concreto para el período comprendido entre el 2018 y el 2022, más de la mitad de las inversiones globales previstas para el territorio nacional se acometerán en Galicia.
De hecho, la actualización continua del tendido por parte de la operadora evidencia su buena salud, en definitiva, su robustez y fiabilidad. «UDF tiene un nivel de calidad en Galicia superior al conseguido en la red nacional. En los términos urbanos, tres de las capitales de provincia gallegas -A Coruña, el eje Vigo-Pontevedra y Ourense- están entre las cinco ciudades con mejor calidad de suministro de España», subrayó Raúl Suárez. De igual manera, explicó que Galicia está por encima de la media europea en cuanto a los ratios de telecontadores por usuarios. Ninguno de los protagonistas del sistema energético, tanto desde la órbita pública como la privada, dudan de que es necesario continuar intensificando esas inversiones para atender los desafíos de la descarbonización de la economía.
Joaquín Chico, sénior mánager de Deloitte, recordó que habían realizado varios estudios con operadores de redes que habían arrojado la conclusión de que, hasta el 2030, llevarían a cabo inversiones en España por valor de entre 30.000 y 35.000 millones. «El 50 % de esas inversiones estarán destinadas a modernizar y digitalizar las redes», explicó.
La electrificación de la demanda energética, la correcta integración del potente caudal de energías renovables en la red y el refuerzo de las interconexiones con los países vecinos son otros de los objetivos que se satisfarán con el despliegue de las nuevas inversiones planteadas para el sector.
Infraestructuras y soporte
«Se precisan infraestructuras de soporte, y hay que contar con un servicio de calidad. Además, se debe acompañar todo ese desarrollo con un impulso a las nuevas tecnologías», añadió el conselleiro de Industria, Francisco Conde.
El máximo responsable en materia de energía del Gobierno gallego asume que, para que se produzca un incremento de la inversión en las redes, «las empresas necesitan señales. Lo que es imprescindible es que exista un marco normativo que otorgue seguridad jurídica y que además vaya acompañado de una planificación que se cumpla».
Raquel Maquieira, vocal por Pontevedra de la Asociación de Ingenieros Industriales de Galicia, coincide plenamente con este extremo. «La tecnología ya existe, y sigue desarrollándose, pero es importante contar con un marco legislativo que nos beneficie a todos», afirma.
La persecución de la eficiencia del sistema también es uno de los objetivos principales que han de buscarse para optimizar el tendido, según entiende Juan Rodríguez, director general de Energylab. «Galicia tiene muchos recursos renovables, por lo que es necesario que cuente con equipos más eficientes», reseñó en este sentido.
Abaratar costes
Pero, en materia energética, los usuarios temen que la realización de nuevas inversiones por parte de las compañías acabe repercutiendo en un incremento en sus facturas. Joaquín Chico desmonta esta preocupación. «Si contamos con una red más eficiente, más actual y más automatizada, servirá para dar servicio a un mayor volumen de consumo, y los costes tenderán así a diluirse», afirmó. El sénior mánager de Deloitte llegó a cifrar ese recorte en un 10 % , además de incidir en que se lograría una mayor sostenibilidad económica del sistema y también unas mejoras sustanciales en el suministro a los clientes eléctricos.
Otro de los vectores en los que tanto las empresas como la Administración autonómica tienen puestos sus ojos es el del transporte. El vehículo eléctrico está llamado a jugar un papel muy importante en el proceso de discriminación de las fuentes de energía más contaminantes, pero su uso requiere también de una infraestructura y de una red de alimentación potente para desarrollarlo. «No existen ahora mismo barreras tecnológicas para efectuar puntos de recarga rápida en Galicia», sostiene Raúl Suárez.
«No parece razonable pensar en puntos de recarga que tarden muchas horas, sobre todo para los tránsitos en carretera. Es verdad que en la parte de la electrificación de la demanda existen retos grandes», añadió el director general de Energylab.
Autoconsumo
Por otro lado, el reto del autoconsumo de energía, regulado por ley desde el pasado año, también coloca encima de la mesa otros retos para los distribuidores de energía en cuanto a la planificación de los nuevos tendidos. «El autoconsumo también hará que el sistema se vea obligado a atender cargas más dinámicas», explicó el director de UFD. Para ello, se impondrá una mayor necesidad de gradualidad en la conexión a las redes. «Tendremos que empezar a planificar ejes de niveles intermedios de evacuación para que las redes sean más eficientes», añadió Raúl Suárez.
Las nuevas tecnologías también serán claves para acometer una evolución del proceso de explotación de las redes, desde una plataforma física a una virtual, en la que los diferentes agentes puedan interactuar con el distribuidor para optimizar tanto la generación eléctrica como una demanda que cada vez es más dinámica y diversificada.
En estos momentos, los distribuidores gestionan más de un millón de kilómetros de redes en España, con alrededor de 30 millones de puntos de entrada y salida de energía. De ahí que todos los esfuerzos que se hagan para continuar modernizando y transformando estos tendidos para hacerlos más competitivos requerirán de esfuerzos superlativos.
De partida, no obstante, España cuenta con una ventaja competitiva, ya que presenta lo que los actores de este mercado denominan «caso de éxito» en el ámbito europeo, al presentar robustez, fiabilidad, bajo coste y un despliegue de smart meters (medidores) completado, mientras que en otros países no prevén llegar a conseguir este objetivo hasta finales del 2020.
«Tenemos un marco perfecto. Ahora lo que tenemos que buscar es lograr un liderazgo en materia energética a la estela de la transición energética. No olvidemos que sigue habiendo mil millones de personas sin acceso a la electricidad, pero este servicio les llegará y debemos intentar que, cuando les llegue, nuestras industrias sean pioneras», avanzó el máximo responsable de UDF.
El sector apuesta por una colaboración entre las empresas y la órbita pública
«La colaboración público-privada tiene que marcar el plan de actuación. La transición energética es fuente de oportunidades y Galicia tiene una ventaja competitiva, que es su capacidad instalada». El que así se expresa es el conselleiro de Economía, Francisco Conde, quien también incide en la importancia de la innovación para acometer las inversiones necesarias en las redes de transporte.
INNOVACIÓN. Juan Rodríguez, director general de EnergyLab (Centro Tecnológico de Eficiencia y Sostenibilidad Energética), explica que los principales proyectos en los que trabajan guardan relación con la demanda, con la electrificación del transporte y con la generación de calor y de frío. La gestión de datos del vehículo eléctrico, la estandarización de los procesos de la recarga en este tipo de automóviles y la optimización de sistemas de bomba de calor para la generación tanto de frío como de calor son otras de las actuaciones que están centrando el trabajo realizado desde este centro tecnológico. Tampoco se olvida del desarrollo de medidas para la reducción de la demanda y, en el ámbito doméstico, del diseño de edificios de consumo casi nulos de energía. Desde el ámbito público, el conselleiro de Economía sostiene que, «honestamente, Galicia está desarrollando ecosistemas de innovación que están permitiendo las unidades mixtas de innovación (UMIs), la compra pública innovadora y la fábrica inteligente». Aboga por, en colaboración con las empresas, «dar una respuesta a la transición energética desde el ámbito de la innovación». También Raúl Suárez considera que «la innovación va a ser un gran driver para mover el sector».
EMPRESAS TRACTORAS. El Gobierno autonómico quiere repetir con las empresas distribuidoras de energía el mismo modelo que ha reportado casos de éxito en sectores tan diversos como la automoción, la aeronáutica, el forestal o el agroalimentario. «Necesitamos empresas tractoras que sean generadoras de cambios disruptivos», afirmó Francisco Conde, quien entiende que «los retos tecnológicos los tienen que marcar las empresas tractoras». Sin embargo, entiende que ese camino ya está iniciado, por cuanto «Naturgy ya está asumiendo ese liderazgo, trabajando también con unidades mixtas y con EnergyLab», en materia de energía.
INTERCONEXIONES. El máximo responsable de la política energética de la comunidad recuerda que los cambios que está experimentando el sector son globales. «Esto es una liga a nivel mundial, la están jugando todos los países, en Europa, en Estados Unidos y Asia. Galicia y España somos un actor pequeño dentro de todos los ámbitos de desarrollo que se están estableciendo. Por ello, hay que medir muy bien cómo tenemos que actuar para consolidar el empleo y la industria». En este ámbito, la mejora de las interconexiones con otros países es un asunto de calado tanto para la Administración como para las empresas distribuidoras. «Tenemos que tener una visión europea, en las interconexiones con Francia y Portugal», subrayó Conde. «Las interconexiones son importantes, porque dan estabilidad a estas regiones», añadió Joaquín Chico. No obstante, nadie escapa a la complejidad de que son inversiones en las que intervienen terceros.
EMPODERAR A LOS CLIENTES. En el ámbito de la transición energética, la Administración también considera necesario que «el consumidor vea un beneficio» en ese proceso. «Hay que empoderar al usuario, que tenga capacidad de decidir, pero hay que hacer más labor explicativa y de divulgación», admite Raúl Suárez, consciente de que el autoconsumo sitúa en el primer plano a muchos clientes.
PREPARACIÓN DE PROFESIONALES. Pero ningún reto puede llegar a buen puerto sin la implicación de las personas. Desde la Asociación y el Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia no tienen duda alguna de que los profesionales de este sector serán claves para afrontar los desafíos de la transición energética. «Se está creando un ecosistema en Galicia en el que la Administración está favoreciendo y apoyando mucho este proceso», afirmó. Además, reivindicó «el papel de los ingenieros, por su formación polivalente y por su flexibilidad».
PLANIFICACIÓN. El Gobierno gallego espera que la nueva planificación energética recoja sus demandas para integrar las renovables en la red y evitar posibles congestiones.