El empresario Martín Varsavsky está transformando el negocio de la fertilidad tras hacerlo antes con las telecomunicaciones
28 jul 2019 . Actualizado a las 05:12 h.Consiguió que los lofts se pusieran de moda en Nueva York y que todo el mundo se pirrara por uno. No hay nada más chic. Puso patas arriba el complicado sector de las telecomunicaciones. Primero en Estados Unidos, con Viatel; y más tarde en Europa, con Jazztel, Ya.com y Fon. Y ahora anda metido, hasta las cejas, en el lucrativo negocio de la reproducción asistida. Llegó hasta él porque los problemas de fertilidad le tocaban de lleno en el ámbito familiar. Y ahí sigue. Cada vez más involucrado. Tanto, que acaba de conseguir que algunos de los genios de Silicon Valley le dejen 20 millones de dólares para financiar una nueva aventura en ese mundo.
Vinod Khosla (fundador de Sun Microsystems), las hermanas Wojcicki (primeras espadas de YouTube y 23andMe, el gigante de la genética, respectivamente), y el competidor japonés de Amazon y socio estratégico del Barça, Rakuten, son algunos de los que le han confiado su dinero. Él se llama Martín Varsavsky (Buenos Aires, 1960); y su nuevo proyecto, Overture, una startup con sede en Madrid creada a partir de la idea de una nueva técnica de reproducción asistida... por robots.
No es esta la primera inmersión del fundador de Jazztel en el complicado mundo de los embriones. Se estrenó en ese terreno en el 2016, cuando alumbró Prelude Fertility, hoy dueña de una de las mayores redes de centros de fertilidad de Estados Unidos. Que es mucho decir. Invirtió 200 millones de dólares en su criatura, que ahora está presente en 18 ciudades y factura casi 300 millones de dólares al año.
«Las relaciones sexuales son maravillosas, pero después de cierta edad los robots van a ser mejores para hacer bebés», explicaba estos días a través de Twitter (donde tiene más de 100.000 seguidores) el empresario de origen argentino hablando de su nueva criatura empresarial.
Hijos, de los de verdad, tiene siete.
Cuando él y su mujer, Nina, fueron a por el primero de sus retoños, descubrieron que sus ovocitos no estaban en el mejor de los estados. No desistieron. Buscaron ayuda médica y consiguieron su propósito. No fue rápido. Ni sencillo. Ni, por supuesto, barato. De ahí surgió la idea. ¿Por qué no buscar la fórmula para allanar ese tortuoso camino? Y en ello sigue, después de haber llegado a la conclusión de que el sexo no es la mejor forma de tener descendencia. El séptimo de sus vástagos nació empleando el mismo método que se aplica en Prelude. Predicando con el ejemplo.
Lo que ofrece el empresario, que tiene la nacionalidad española, es un plan para asegurarse los retoños dirigido a personas fértiles en edades tempranas, que desean tener niños a edades más avanzadas. Cubre todo el proceso: extracción, congelación, mantenimiento, fecundación in vitro, implante y hasta pruebas genéticas para asegurarse de que el bebé que venga en camino esté sano.
Hijo de un célebre astrofísico argentino, Carlos Manuel Varsavsky, que se tuvo que exiliar a Estados Unidos huyendo de la dictadura militar, este emprendedor en serie tuvo que emplearse a fondo para buscarse el sustento tras perder, con 22 años, a su padre, fallecido de un infarto en un avión mientras volaba a Argentina.
No tardó mucho en hacerlo. Puso el ojo en lo de los lofts y comenzó a hacerse de oro.
Dice que ser emprendedor «es como ir por la selva con un machete». Pero no teme el riesgo. Y eso que sabe lo que es arruinarse. En su caso, para resurgir de las cenizas. «A mí la dictadura militar me puso un listón tan alto de lo que era el riesgo que todos los que enfrenté después en mi vida me parecieron menores. Crecí en un ambiente donde detenían a mis amigos y mataron a mi primo, una especie de guerra. No sabías si llegarías vivo a casa». Así de claro lo explica. Y seguro que la cosa no acaba aquí.