Las lecciones de China

MERCADOS

WU HONG

03 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser. Lo dijo Ortega y Gasset. A lo que Nietzsche, con seguridad, habría respondido. «Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado». Y de eso nos toca hablar, de anhelos, de esfuerzo, de construir, de tener autoridad moral. El epicentro de la tormenta sanitaria ya ha pasado, empiezan los golpes de las resacas, las sacudidas constantes y repetidas al casco económico. Toca buscar altura y otear. Los sonidos se vuelven lejanos y los monstruos difusos. Toca localizar nuestra ubicación en el mapa y empezar a diseñar la reconstrucción. Pero, ¿dónde estamos?

España fue uno de los primeros campos de batalla contra el coronavirus, pero otras naciones ya están enterrando al virus que aquí aún da fuertes coletazos ¿Por qué? Pregúntele a los profesionales de la salud. Pregúnteles. La experiencia china es quizás la más reveladora. Anulan el virus, recuperan la producción manufacturera, pero no responden las ventas al por menor. Saltan de una crisis sanitaria a otra de confianza, mejor dicho, de doble desconfianza: el temor al retorno del virus y a su futuro laboral. El Banco de España habla de crisis de liquidez y advierte de una de solvencia, pero el eje que nos explicará todo, el espejo que nos dirá las verdades, es la confianza. Hoy, usted y yo, el sector privado, somos un cuerpo económicamente sano, bueno, lo éramos a inicios de marzo, estábamos en máximos históricos de riqueza financiera. Hoy, estamos tocados, pero no hundidos. Los que tenemos tatuados la crisis del 2008 en la piel sabemos que la capacidad de resistencia del empresariado español es épica.

¿Y Galicia? Somos una autonomía exportadora. Está bien que pongamos en los vídeos promocionales vacas pastando y barcos de bajura, pero la realidad es que A Coruña es la quinta provincia exportadora de España y Pontevedra la undécima. Si Europa languidece, nosotros sufrimos. Y al contrario. Su crecimiento nos arrastra. Alemania pasará esta crisis sanitaria sin enterarse, solo enviará al desempleo a doscientas cuarenta mil personas. La austera alemana tiene más infraestructura sanitaria que nosotros, y su Estado, aún siendo federal, tiene una capacidad ejecutiva que para sí quisiera nuestro Ministerio de Sanidad. Por cierto, ministerio que, en veinte años, solo tuvo tres ministros que supieran algo de salud: Romay Beccaría, Ana Pastor y Bernat Soria.

Pero a lo que iba: Alemania no lastrará la recuperación de Galicia. Al contrario, su recuperación será un estímulo. Francia e Italia salen, en el plano macro, casi tan tocadas como España. Con una salvedad, esta crisis apenas les generará desempleo, escasamente dos puntos porcentuales de su población activa. Por eso en el 2021 lograrán la recuperación económica a mayor velocidad generando, de nuevo, un efecto positivo ¿Y España? Sale más tocada que el resto de los países de Europa y con un nivel de desempleo que lastrará su velocidad de recuperación ¿Por qué? Tenemos el despido más caro de Europa, lo cual implica la mayor tasa de temporalidad. Son vasos comunicantes. Y ahí se alimenta el desempleo de esta crisis.

La pelota está en nuestro tejado. Juguémosla. Con el anhelo y la sabiduría de un demiurgo.