La recomendación de la OMS de evitar el dinero en metálico en los pagos en favor de las tarjetas acelera un cambio que los expertos creen que ha venido para quedarse
11 may 2020 . Actualizado a las 00:43 h.La crisis del covid-19 está acelerando la digitalización de muchos procesos en todos los sectores. Entre ellos, la banca. Con independencia del impacto que la pandemia causará en las cuentas de resultados este 2020, en lo que sí parecen coincidir distintos analistas es que el confinamiento ha traído aparejado cambios radicales en prácticas tan cotidianas como las formas de pago. El uso de dinero en efectivo, durante las semanas de aislamiento, prácticamente se ha desvanecido. La manipulación e intercambio de billetes y monedas durante la pandemia ha sido casi inexistente.
Según datos del banco móvil N26, la retirada de efectivo en España cayó un 68 % durante el mes de marzo. La mayor parte de los pagos se realizaron con tarjeta. Solo ha sido necesaria la recomendación de la OMS de utilizar en las compras el dinero de plástico sobre el metálico -aunque las probabilidades de contagio del virus sobre las superficies de monedas y billetes era bajo- para que los cajeros automáticos fueran de los pocos servicios esenciales en esta crisis que se libraron de las colas.
El Banco de España, en su informe trimestral, pondrá cifras a este cambio de tendencia. Pero lo que sí han resaltado estos días los primeros directivos de las principales entidades bancarias del país, coincidiendo con la presentación de resultados del primer trimestre del año, es que los cambios en favor de la tecnología digital en el sector financiero durante este mes y medio de confinamiento fueron muy rápidos, hasta el punto de que, antes de la pandemia, se preveía que esa transformación durase años.
Lo que ahora se debate es si la caída del uso de efectivo significará su desaparición a corto plazo. Juan Carlos Gázquez-Abad, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, lo tiene claro. «El papel que tendrá el dinero en metálico en el futuro será cada vez más irrelevante». Vaticina que, al final de esta crisis sanitaria mundial, el consumidor «utilizará mucho más la tarjeta y el móvil como medio de pago», al tiempo que «el porcentaje de compras por Internet seguirá incrementándose tras el confinamiento».
El hecho de que cerca de 9 de cada 10 adultos cuenten con al menos una tarjeta de crédito o débito, según el Informe sobre Tendencias en Medios de Pago 2019 de Minsait Payments, confirma que los nuevos hábitos tienen muchas probabilidades de haber venido para quedarse. Una opinión que se fortalece si se tiene en cuenta que, en diciembre del 2019, se contabilizaban más de 85 millones de tarjetas de pago en los bolsillos de los ciudadanos y cerca de 2 millones de lectores instalados. Pero hay más datos. El Barómetro de Tarjetas Mastercard 2019 destaca que el porcentaje de españoles que usa las tarjetas de débito alcanza el 87,5 %, un aumento de un 4,2 % con respecto a un año antes.
La entidades bancarias españolas lo corroboran. Santander España Merchant Services se ha adelantado al cambio e hizo real ya hace unos meses el pago sin monedas en el transporte público en muchas ciudades, entre ellas Madrid, explican desde el banco. «La situación actual ha hecho que la sociedad pierda el miedo al pago digital en menos de un mes», comenta Rubén Justel, director general de la filial, quien recuerda que recientemente se ha aumentado el límite de 20 a 50 euros el pago con tarjeta sin necesidad de introducir el número de identificación personal (PIN).
Una tendencia que también analiza Abanca. «Desde el 13 de marzo y respecto al mismo período del año anterior, la retirada de efectivo en cajeros y en ventanilla se ha reducido sensiblemente. No así el uso de tarjetas para pagos en comercios que ha aumentado considerablemente».
El gurú Gary Cohn
Si alguien ha sido contundente en esta evolución ha sido el empresario estadounidense Gary Cohn, exdirector del Consejo Económico Nacional y principal asesor económico del presidente Donald Trump hasta el 2018. En un artículo reciente publicado en Financial Times, Cohn no duda sobre este tránsito del efectivo hacia billeteras digitales y monedas virtuales, al tiempo que anticipa la desaparición de los cajeros automáticos. En ese artículo, argumenta que «ya tenemos la tecnología para pagar y realizar transacciones de manera digital y utilizar autenticación biométrica segura». A su juicio, todo resultaría más fácil. Las pequeñas empresas dispondrían de un libro de contabilidad digital con su flujo de caja y ventas, con lo que se evitarían sustracciones en efectivo, y las compañías ilícitas quedarían fuera del negocio al estar más expuestas y sujetas a la fiscalidad de sus rentas.