Videollamadas y seminarios web reducen los desplazamientos para trabajar y acaban con el concepto tradicional de oficina. Desde el estado de alarma aumentó un 500 % el tráfico VoIP
31 may 2020 . Actualizado a las 17:54 h.En toda situación de crisis hay empresas que salen beneficiadas, y da igual que se trate de una guerra que de una pandemia como la que vive el mundo estos días a raíz del covid-19. Y en el sector tecnológico la compañía que ha acaparado toda la atención ha sido Zoom Video Communications, que pasó a triplicar su cifra de usuarios -de 100 millones a más de 300- en apenas un mes. El boca a boca fue fundamental y, aunque ya existían otras plataformas de comunicaciones de voz y vídeo sobre Internet (VoIP), entre ellas algunas con tanta solera como Skype, la aplicación fundada por Eric Yuan en el 2011 se ha impuesto por su capacidad de penetración tanto en el ámbito privado como en el profesional.
Las acciones de esta firma con sede en San José (California) estaban a principios de enero a 68 dólares en el Nasdaq y hoy cotizan a más de 170. Pero el éxito no está exento de riesgos y la popularización de Zoom puso también el foco en ciertos problemas de seguridad, por otra parte normales en cualquier puntocom con un elevado números de usuarios, como es el caso. La respuesta de la compañía fue rápida y efectiva, lo que ha contribuido a reforzar su confiabilidad.
Nada más reportarse los primeros fallos se puso en marcha un plan de 90 días para identificar, abordar y mejorar las capacidades de privacidad de la plataforma, que cristalizó a finales de abril con el lanzamiento de Zoom 5.0. Esta versión añade soporte para el cifrado AES de 256 bits GCM, una herramienta de encriptación que ofrece una mayor protección de los datos y resistencia contra la manipulación.
Otro de los aspectos que se modificó fue el control de enrutamiento, de forma que el administrador de una cuenta pueda elegir qué regiones del centro de datos usan sus reuniones. Esto es especialmente útil en los seminarios web o webinars (Web-based seminar), que se están imponiendo cada vez más para formación y otro tipo de eventos en línea, como las conferencias de prensa.
Y es que las posibilidades del software de videollamadas van mucho más allá del simple hecho de poner en contacto a varios familiares y amigos al mismo tiempo. Por ejemplo, en la liga femenina de baloncesto norteamericana (WNBA) los equipos están utilizando Zoom para evaluar a sus jugadoras y ajustar sus plantillas al límite salarial; algo que normalmente se hacía analizando sus acciones en el campo de juego. En el deporte de la vela, la regatista ourensana Támara Echegoyen -campeona mundial y olímpica- ha pasado el confinamiento trabajando vía telemática con su tripulante Paula Barceló, que reside en Palma, de cara a los Juegos de Tokio 2020 (aplazados al 2021). «Nos vemos cada día por Zoom o Skype. Hemos ido mejorando y en el momento en que podamos volver juntas al agua estaremos preparadas para ponernos al día con el 49er», explica Echegoyen.
Por primera vez se comunicó por videoconferencia una condena a muerte en Singapur Zoom se utiliza para transmitir conciertos virtuales y otras actividades culturales, para impartir clases en colegios e institutos, para proporcionar atención sanitaria a distancia, para permitir que los servicios sociales puedan hacer un seguimiento de personas en situación de vulnerabilidad y hasta para condenar a pena de muerte: un tribunal de Singapur leyó la sentencia capital a un reo de narcotráfico a través de una videoconferencia como consecuencia de las medidas de aislamiento del covid-19, lo que ha sido denunciado por organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Sin duda estamos viviendo una revolución tecnológica que conecta con el teletrabajo y hace vislumbrar un futuro a corto y medio plazo en el que no sean necesarios tantos desplazamientos y el concepto tradicional de oficina quede superado. El VoIP estaba ahí, pero no acababa de verse como una herramienta profesional y de negocio, y su explosión ha venido de la mano de la pandemia.
Las operadoras, por supuesto, no son ajenas a este nuevo modelo. El tráfico de videollamadas sobre la red de Telefónica se disparó un 500 % desde que comenzó el estado de alarma, mientras que la contratación de soluciones de videoconferencias por parte de las empresas y la Administración aumentó en más de un 80%.
Aplicaciones que más crecen
El crecimiento de usuarios de cada app ha dependido de su popularidad previa, del tipo de uso -algunas están más enfocadas al ocio, como WhatsApp- y otros factores. Webex ha visto multiplicado su tráfico por 25, mientras que Zoom ha batido récords en España: de ser una aplicación poco utilizada antes de la crisis ha pasado a multiplicar por 70 su transmisión de datos. iReunion, una solución web con tecnología Cisco que permite celebrar reuniones de trabajo o sesiones formativas en tiempo real, Skype y Microsoft Teams también han experimentado un avance, aunque menor.
El éxito de Zoom obligó a sus rivales a mover ficha y así WhatsApp duplicó de cuatro a ocho el límite de participantes en videollamadas de grupo; Microsoft Teams lo elevó a 9 personas (y a 250 en los chats), y Viber introdujo la autodrestrucción de los mensajes enviados en cualquier chat. Por segmentos empresariales, el área de las grandes empresas y la Administración ha incrementado la demanda de este tipo de herramientas en un 137 %, en tanto que las pequeñas y medianas empresas lo han hecho en un 30%.
El dilema Google Hangouts: ¿calidad de imagen o consumo de datos?
Muchos usuarios han empezado a utilizar las videoconferencias de forma asidua durante el confinamiento y especialmente para comunicarse con compañeros de trabajo o participar en reuniones de empresa. Y es ahora cuando se han dado cuenta de que una buena experiencia VoIP es imprescindible para poder desarrollar cualquier tarea de forma eficiente y fluida. Los cortes en las llamadas, el retardo en recibir sonido o imagen, o una interfaz complicada que no facilita el interactuar con otras personas en las reuniones virtuales son los principales problemas a los que se enfrentan.
Además de la velocidad de nuestra conexión a Internet, en la calidad de un webinar influye decisivamente el consumo de datos de la aplicación utilizada. Por ejemplo, Google Hangouts es probablemente una de las herramientas que ofrecen mejor resolución de imagen, pero lo hace a costa de un enorme tráfico de datos: 3,10 GB cada hora, lo que supone siete veces más que Skype o WhatsApp y tres veces más que Instagram. Entre las que menos consumo tienen sobresale FaceTime (Apple), con 0,19 GB por hora, y Facebook Messenger, con 0,41 GB. Zoom, con 2,05 GB por hora, se queda en un punto intermedio.