Tapones para vinos gallegos con huella de carbono cero

MERCADOS

Santi M. Amil

La asesoría vitivinícola asentada en Verín apuesta por la sostenibilidad en un sector tan competitivo. Desarrolla con uno de sus socios levaduras bioprotectoras para la elaboración de vinos ricos en complejidad aromática

04 ene 2021 . Actualizado a las 14:58 h.

Mayor sostenibilidad empresarial con el menor impacto en el medio ambiente y en el consumidor final. Ese es el motor que empuja desde su nacimiento los movimientos de Menasa & Enogalía, una empresa que está especializada en la comercialización de productos tecnológicos relacionados con el sector vitivinícola. Operan desde Verín, en el corazón de la Denominación de Origen Monterrei, una de las cuatro que se asientan sobre territorio ourensano.

En sus veinte años de actividad, una de sus principales líneas de negocio se ha convertido en la apuesta por cierres alternativos para las botellas de vino comercializadas al amparo de las diferentes denominaciones de origen de vino de Galicia. Así, la firma verinense se ha aliado con Vinventions-Nomacorc para la comercialización de tapones únicos en el mundo que se han desarrollado con huella de carbono cero y que son distribuidos en Galicia desde el año 2013. «Nomamorc, primer productor mundial de tapones de vino de primera calidad, ha dado a conocer una nueva categoría de cierres con unos estándares sin precedentes en rendimiento, diseño y sostenibilidad. Green Line representa un cambio fundamental en el uso de materias primas de origen vegetal, la caña de azúcar», explican desde Menana.

La tecnología utilizada en plantcorc, que combina ciencia y naturaleza para ofrecer a los clientes tapones para vinos que son sostenibles, libres en TCA y poliuretano, 100 % reciclables y obtenidos con energías renovables. Otra de sus apuestas, tras años de búsqueda junto a su socio Lamothe-Abiet, ha sido el desarrollo de una levadura denominada Excellence B-Nature, que incluye entre sus beneficios el dominio de la flora microbiológica desde la vendimia, la reducción de compuestos que se combinan en el sulfuroso, ganancia en complejidad aromática del vino y disminución de la dosis de sulfuroso sobre la uva. «En el mundo del vino existe una gran preocupación y actualmente se buscan alternativas al uso de este aditivo. Una alternativa interesante es el empleo de microorganismos bioprotectores que impidan el desarrollo de microorganismos indeseables», señalan desde la firma verinense.

Esta apuesta por la sostenibilidad y la innovación en el sector vitivinícola de Galicia, le ha valido a Menasa&Enogalia el reconocimiento como pyme del año en la provincia de Ourense en este terreno. Una de las líneas de futuro en las que trabaja la empresa situada en Verín es el desarrollo de la digitalización de sus servicios para que puedan ser vistos desde cualquier dispositivo inteligente al momento por parte del enólogo o bodeguero y pueda tener una mayor agilidad en la interpretación de los resultados analíticos. Entre esos datos se incluirían los análisis de medición de oxígeno disuelto, color del vino, carbónico, etcétera.

Por otro lado, junto a su socio Vinventions están trabajando en la obtención de los bio polímeros, que actualmente se obtienen de la caña de azúcar para obtenerlos de la vid, tanto de los restos de poda como de los restos de orujos. «Debido a esta crisis que atravesamos se ha paralizado temporalmente esta investigación que podría cerrar el círculo de la producción del vino, ya que de los restos que actualmente son desechados podríamos darle una nueva transformación y obtener esos polímeros procedentes del propio sector», explican.

Menasa&Enogalia también está inmersa en estos momentos en la obtención de ese mismo tapón sin huella de carbono que comercializan para vinos «tranquilos» poder dar el paso y llegar a los diferentes vinos espumosos que se comienzan a elaborar en las diferentes denominaciones de origen gallegas y que están convencidos de que tienen un gran potencial de cara el futuro.

Santi M. Amil

«Aportamos valor a los vinos»

 

R. N. P.

Una experiencia de veinte años en el sector avalan el trabajo de Antonio Méndez, que está al frente de Menasa&Enogalia.

-¿Qué retos se marcan en esta era marcada por el covid-19?

-Estamos ante un mercado cada vez más exigente y tocado por la crisis del covid-19. Debemos estar al lado de nuestros clientes para aportar valor a sus vinos. Estamos haciendo auditorías de oxígeno disuelto en varias bodegas gallegas. Si se consigue reducir la cantidad de oxígeno disuelto que va en una botella podemos conseguir dos cosas fundamentales, como es la reducción del aporte de sulfuroso y alargar la vida en botella durante más tiempo.

-¿Qué supone para el sector los tapones sin huella de carbono?

-Es una herramienta más de valor añadido. En muchos mercados, como el nórdico, la apuesta por la sostenibilidad es muy importante y el embotellar los vinos con este tipo de tapones te diferencia de otras marcas. También tiene una ventaja tecnológica, ya que te permite conocer la cantidad de intercambio que existirá desde el exterior al interior de la botella del oxígeno que entra a través del tapón. Eso te permite conocer el tiempo de guarda del vino.

-¿Es rentable la apuesta por la sostenibilidad en este sector?

-Esa apuesta siempre es rentable. Se trata de añadir valor a largo plazo y competir en el mercado de otra manera. Invertir considerando este enfoque no significa necesariamente sacrificar rendimientos, ya que esta perspectiva ayuda a tener más potencial.