Colaboración público-privada, receta para salir de la crisis
MERCADOS
La colaboración público-privada debe ser la receta a cocinar para abordar la coyuntura económica y social actual, que se bifurca entre paliar los efectos de la crisis provocada por el covid-19 y diseñar la transformación del modelo productivo para alcanzar una Galicia más verde y digital. No me cabe la menor duda.
Aunque la clave de una fórmula precisa está en sus ingredientes. En primer lugar, no debemos olvidar que estamos todavía inmersos en una pandemia, así que lo que debe primar es el aspecto sanitario y, por ende, acelerar la vacunación es la mejor política económica y social que se puede llevar a cabo.
Igualmente, la labor de acompañamiento que las administraciones han de poner en marcha para asistir a la reactivación del tejido empresarial debe sustentar medidas específicas que permitan frenar el cierre de empresas tanto a través de los sucesivos planes de rescate puestos en marcha, como de líneas de apoyo específicas para sectores concretos; aunque igualmente estimulando la creación de nuevas compañías con el objetivo de paliar los efectos económicos del covid-19 y recuperar la actividad económica.
Así, es fundamental aprovechar correctamente la oportunidad única que supondrán los fondos de recuperación Next Generation UE. La implicación de la banca, las administraciones públicas y las empresas será clave en la canalización de las ayudas como motor de la transformación económica, y el reparto de estos fondos a través de un sistema objetivo, transparente, equitativo y coherente con aspectos estructurales como la demografía, la renta per cápita, el reto demográfico o la transformación industrial lo esperable.
El sector bancario ya lleva ejerciendo su labor de preservación del tejido empresarial y el empleo desde hace meses. Las renovaciones automáticas, la ampliación de líneas de empresas, autónomos y comercios; y la concesión de financiación con aval del ICO por parte de la banca ha contribuido a una mayor resistencia de la economía en Galicia y a la posibilidad de que el tejido productivo gallego salga lo más fortalecido posible de la crisis.
Finalmente, la pandemia ha puesto nuevamente el foco en la necesidad de simplificar los trámites para la creación y puesta en marcha de iniciativas empresariales, así como en la rapidez para la resolución de ayudas y expedientes administrativos. Desde la Xunta de Galicia ya se ha apostado por una Lei de Reactivación Económica con la que se pretende facilitar la implantación de empresas en nuestra comunidad. Esperemos que sea realmente el estímulo que todos los empresarios esperábamos para impulsar la gestión frente a las trabas y que ampare legalmente nuestras iniciativas para que contemos con la máxima seguridad jurídica.
En definitiva, todos estos componentes deben servirnos para constituir una Galicia más fuerte, más moderna, más competitiva y con una mayor capacidad de resiliencia ante potenciales adversidades. No lo conseguiremos sin la unidad de acción.