
Emilio Rial es el director general de Coren (Cooperativas Orensanas) y habla de su empresa con un orgullo envidiable. «¿Quién iba a decir que en Ourense en 1959 se podría hacer una cooperativa en una provincia de interior, pobre, minifundista y con mucha emigración y consolidarse como está hoy?», comenta al inicio de la entrevista. Nacida de la unión de 20 familias, Coren ahora genera más de 3.500 puestos de trabajo y cuenta con más de 4.000 socios.
Para Rial, la economía social es «una fórmula que encaja muy bien en Galicia», pero piensa que para que gane más peso debería «haber más apoyo de las administraciones» y apostar por «profesionalizar el sector agroganadero para poder competir en cualquier mercado dentro o fuera de España». Coren ya se encuentra en más de 50 países y el 35 % de su facturación ya es extranjera, lo que les aporta una perspectiva más amplia de las necesidades del sector. Para él, está claro: «se necesita formación, formación y formación», reitera. «La universidad y las escuelas profesionales deberían tener formación específica porque lo demanda la sociedad gallega», comenta el director general de Coren. «Debería formarse a las personas en tecnología, en manejo, en robotización e inteligencia artificial», incide como premisa para conseguir que «la economía gallega sea competitiva».
Rial se enorgullece de haber basado su sistema productivo en el bienestar de socios y empleados. «Lo importante es ganar dinero, pero no a costa de cualquier cosa. La prioridad son las personas, y la cooperativa, si quiere mantener la cohesión, que es vital, tiene que ayudar a los cooperativistas».
El director general de Coren reconoce que el principal objetivo que tienen es «conseguir que la vida en el campo sea laboralmente tan digna como en la industria» y es por eso que apuestan por la economía social como motor. «El proyecto de Coren encaja muy bien en este sector porque le da prioridad a las personas, prima el fin social, el desarrollo es local, la gestión es democrática y da inserción a personas en riesgo de exclusión social». Rial reconoce que, aunque pueden hacer contrataciones puntuales para puestos específicos que no consiguen cubrir, «la prioridad de contratación es a los cooperativistas y a sus familias».