Nació en Estambul en 1953, en el seno de una familia sefardí. Posee una de las mayores fortunas de España. A mucha distancia, eso sí, de la de Amancio Ortega. Pero, como él, la labró al abrigo del textil. Y como él, empezó de la nada, recorriendo tiendas con un puñado de prendas. En su caso, confeccionadas en Turquía, desde donde llegó a Barcelona allá por 1968. Cuatro blusas bordadas a mano fueron su primera venta. En 1972. A una tienda llamada Ibiza en la Vía Augusta de la Ciudad Condal. Hoy es el dueño y presidente de la segunda empresa textil española (y la primera catalana), por detrás, claro está, de Inditex.
Y, como Ortega, también ha sido noticia estos días por allanar el camino a una sucesión tranquila en el seno de la empresa, algo que en el caso del imperio gallego de la moda será un hecho el 1 de abril, cuando Marta Ortega asuma las riendas de la multinacional en sustitución de Pablo Isla. Pero esa, es otra historia.
La que nos ocupa hoy es la de Isak Andic, el fundador de Mango, que acaba de dar entrada en el consejo de administración de Punta Na, la sociedad desde la que el empresario controla el 100 % de la cadena de moda, a sus tres hijos: Jonathan, Judith y Sarah. Los tres son fruto de su matrimonio con Neus Raig, de quien se separó hace años. Y, aunque todos ellos han trabajado en Mango en algún momento de sus vidas, ahora mismo solo el primero está inmerso en la gestión del día a día de la empresa. Forma parte del consejo de administración de Mango y de su comité de dirección y dirige Mango Man. Las otras dos herederas ya no trabajan directamente para la compañía, aunque siguen vinculadas al grupo familiar.
Como Ortega, gusta Isak Andic del trato cercano con los empleados, de conocer de primera mano la opinión de quienes trabajan en la compañía. De ahí que no dude en saltarse a la torera las jerarquías para empaparse del día a día de la empresa. Educadísimo, cercano y exquisito son algunos de los adjetivos que emplean para definirlo quienes lo conocen en las distancias cortas. En las largas, huye de los focos como de la peste.
Fundó la cadena de moda con su hermano Nahman (Estambul, 1951) en 1984. La primera tienda la abrieron en el emblemático paseo de Gracia de Barcelona. Antes tuvieron otras con diferentes nombres. Todas multimarca. Y antes de eso, los viajes por toda España en su propio coche para vender las prendas que traían de su Turquía natal. Hasta que llegó Mango, que debe su nombre a la fruta, que el empresario descubrió en Filipinas y que lo encandiló con su sabor y con la sonoridad de su nombre.
Será la niña de sus ojos, pero no es Mango su única pasión. Navegar es la otra. Con su velero Nirvana Formentera, de 53 metros de eslora. Con él dio la vuelta al mundo. Un viaje que inició en el 2009 y que lo mantuvo apartado de la empresa durante un tiempo. Algo que también hizo en su día el ya fallecido fundador de Ferrovial, Rafael del Pino Moreno, a quien precisamente un accidente acaecido durante esa travesía lo dejó imposibilitado. Pero, esa, también es otra historia.
Disfruta además, y mucho, practicando el esquí, deporte al que dedica todas las horas libres que puede. A su hermano Nahman lo que le apasionan son los caballos. Los cría en la Yeguada Andic, en Huelva. De pequeño soñaba despierto con comprarse un caballo cuando tuviese dinero. El deseo, lo ha cumplido con creces.
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