El propietario de los Dallas Mavericks de la NBA ha puesto en marcha una suerte de botica en la red que permite adquirir medicamentos a un precio mucho más asequible en un país en el que millones de ciudadanos no se pueden costear los tratamientos que les receta el médico
26 jun 2022 . Actualizado a las 10:28 h.Viejo conocido de los mercados financieros, reconocido inversor y hombre de éxito en los negocios. También en el deporte. Y acaba de estrenar aventura empresarial. Otra más. Esta vez con el difícil reto de hacerle sombra a la poderosa industria farmacéutica estadounidense. Palabras mayores.
No es otro que Mark Cuban (Pittsburgh, Pensilvania, 1958), que, por si no lo saben, es el propietario de los Dallas Mavericks de la NBA. Y dueño también de la compañía de cine y entretenimiento 2929 Entertainment, entre otras muchas cosas. Porque, a decir de Forbes, acumula en sus manos una fortuna de 4.700 millones de dólares.
Le cuento que el plan de Cuban para eso de echarle un pulso a las grandes farmacéuticas pasa por haber puesto en marcha una suerte de botica online. Su idea: ofrecer más de 100 medicamentos genéricos a precios mucho más asequibles. ¿Cómo? Adquiriendo los productos directamente a los fabricantes y quitándose de en medio a los intermediarios. Fácil. Sobre el papel al menos.
Y lo hace, dice, porque la idea de que «la gente tenga que elegir entre el alquiler, la comida y los medicamentos es abominable». Fue la indignación por la «escandalosa» subida del precio del Daraprim, lo que le hizo tomar la decisión. Un medicamento contra la toxoplasmosis, una infección parasitaria que puede acabar provocando la muerte, cuyo coste pasó de golpe de 13,50 a 750 dólares. Y lo hace también, asegura Cuban, porque quiere «demostrar que el capitalismo puede ser compasivo». «Todos los productos que vendemos tienen exactamente el mismo precio, nuestro coste más el 15%, más la tarifa de la farmacia, si la hay», resume el de Pittsburgh. Cost Plus Drug Company se llama la empresa creada para tal fin.
A muchos puede salvarles la vida. Y no es una metáfora. Porque revela una encuesta de Gallup que aproximadamente, 18 millones de estadounidenses no pueden pagar los medicamentos que les receta el médico, y el 10 % confiesan que se han saltado alguna vez las dosis prescritas para que el fármaco en cuestión les dure más y así ahorrar algo de dinero. «Tenemos la oportunidad de cambiar millones de vidas», resume Cuban.
Tiene también en mente el estadounidense finalizar la construcción de una fábrica farmacéutica de 22.000 metros cuadrados en Dallas. A finales de este año. Famoso también por su participación en el Shark Tank de la ABC —un reality show en el que magnates como él invierten en las, a su juicio, mejores empresas y productos de EE.UU.— para ver quién se lleva el gato al agua, tuvo siempre Cuban olfato para esto de los negocios. Desde bien pequeño, dicen. Su primer éxito: vendiendo bolsas de basura. Con 12 años, para comprarse unas zapatillas que le encantaban. Poco romántico el negocio, pero efectivo.
Nacido en el seno de una familia de clase media-baja y origen judío y procedente de Rusia, tiene el hoy magnate algunos consejos para quienes quieran seguir sus pasos y engordar la cuenta corriente: el primero, nada de excesos, hay que ser frugales en el gasto, lo que él llama «vivir como un estudiante», sin acometer inversiones innecesarias. Y, otro más: no usar tarjetas de crédito, mejor de débito o incluso dinero contante y sonante.
.