Tras vivir una situación extrema, Mónica Seara dejó su trabajo como ingeniera para fomentar lo que ella necesitaba: crear un entorno laboral sano
22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Mónica Seara (Ourense, 1975) vivió en sus propias carnes lo que era el estrés laboral. Tanto que estuvo a punto de costarle la vida. Ella era ingeniera y técnico de prevención de riesgos laborales. Una pieza clave en las mastodónticas obras del AVE. Lo que no esperaba entonces era que semejante presión por cumplir los plazos, sumada a los cambios de horarios y residencia, la llevasen al hospital. Ella supo de inmediato que formaba parte de una empresa tóxica y que su ritmo de vida también lo era. Fue, sin saberlo, el germen de su siguiente aventura laboral. Una situación de crisis vital la llevó en el 2014 a fundar Humanas. De la ingeniería, esta ourensana se pasó a la promoción y consultoría de la salud organizacional.
Después de ya un largo recorrido es consciente de que todavía hay personas que les consideran a ella y a sus colaboradores unos bichos raros, pero el día a día les demuestra que dentro de las organizaciones hay mucho que hacer. Mucho que trabajar en favor de la salud y el bienestar de los equipos. Su lema es que las empresas sean humanas y saludables algo que después de la pandemia han descubierto que es más necesario que nunca. «Estos últimos tres años han sido durísimos. Nosotros mismos estábamos en un gran momento y fue horroroso. Por una parte, aquella incertidumbre de cada quince días de si nos dejaban salir o no. Si volvía la normalidad. Por otra parte, nuestra actividad no fue considerada esencial, así que tampoco podíamos movernos. Las empresas con las que trabajábamos tenían mucho miedo por el covid, por la salud de sus familiares y eso añadido a la situación económica. Fue trágico. Muchas compañías pensaban que no iban ni a durar un mes», explica la fundadora de Humanas.
Sobrevivir a la pandemia fue uno de sus primeros retos como organización. «Las empresas venían ya de un nivel de absentismo muy alto. Cuando montamos la compañía, en el 2014, teníamos una tasa en España del 3 %. La gente en realidad ya estaba muy quemada de la crisis del 2008. Imagínate lo que pasó en el 2020. El absentismo estaba en el 8,5 % y, con el covid, se descontroló. No conseguíamos ni estadísticas».
Durante ese tiempo, muchos de sus clientes desaparecieron. El bienestar laboral pasó a un último plano. La necesidad era mantener a flote la cuenta de resultados. Con todo, Humanas siguió trabajando, pero en un escenario nunca visto. Reforzaron más que nunca su presencia digital, las videollamadas, seguir al servicio de los trabajadores. «Aparecieron nuevas necesidades. A la gente se le juntaron los problemas del trabajo con los personales. Hubo empresas que nos llamaron para ayudar a los suyos, por ejemplo, a dormir mejor. También para que les hiciésemos acompañamiento emocional porque estaban muy quemados y nos pidieron formaciones sobre salud mental», explica Mónica Seara sobre un momento en el que llegaron a trabajar de forma gratuita. «Mucha gente estaba teletrabajando. Y con eso desconectas menos. Es agotador. Muchas personas nos dijeron que trabajaban más horas que antes. Llegamos a detectar incluso casos de violencia de género».
la nueva situación laboral
«Todavía no hemos llegado a los niveles de trabajo prepandemia», explica sobre lo que vino para Humanas después del covid. «Antes hacíamos mucha formación y ahora hay compañías que no pueden porque lo importante es no parar de producir. Las empresas que nos llaman están por toda la geografía. Desde Madrid o Barcelona, a tan lejos como México, Colombia o Costa Rica. Sí notamos que en Latinoamérica hay otra cultura laboral. Al final en España, la mayoría de las empresas no deja de ser pymes y micropymes».
Sus clientes son, sobre todo, compañías grandes. Muchas, con su matriz fuera de España. «Hacemos un primer diagnóstico de cada situación. Antes íbamos físicamente a las empresas y ahora la mayoría de los servicios son a través de videollamada. En nuestra web pueden tener acceso a encuestas o incluso reservar en el calendario horas para comunicarse con nosotros. Vemos que hay empresas a las que les preocupa mucho la motivación de sus equipos. Llegan a nosotros porque ya no saben qué hacer. Se dan cuenta de que tienen a su gente muy baja. Súmale a estos años tan difíciles el hecho de que muchos trabajadores no llegan a fin de mes. Si llegan a nosotros es porque no han encontrado la manera de resolver el problema que tienen. Nos piden desde acompañamiento emocional, a que les ayudemos a resolver problemas musculoesqueléticos en ciertos puestos. Es bienestar, en todo lo que te puedes imaginar», concluye.