La «Ruleta de la Suerte» y los mercados

ÁLVARO GALIÑANES

MERCADOS

Agentes de bolsa trabajan en Wall Street. Hoy el índice Dow Jones registra pérdidas cercanas al 1%
Agentes de bolsa trabajan en Wall Street. Hoy el índice Dow Jones registra pérdidas cercanas al 1% SPENCER PLATT | AFP

19 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Ruleta de la Suerte (Wheel of Fortune) es un programa que se emite desde mediados de los años 70 en Estados Unidos. Como todos saben, el objetivo es acertar un panel que oculta una frase para llevarse el premio. El concurso es básicamente una variación del juego del ahorcado en el que, para darle más emoción, el valor de acertar una consonante depende del resultado que salga en una rueda de enormes proporciones que los concursantes hacen girar por turnos. Además de dinero, en la rueda hay casillas con premios adicionales, doble letra, comodines y, también, la posibilidad de perder todo el dinero acumulado hasta ese momento si cae en «quiebra». La dificultad del panel normalmente estriba en la longitud de la frase, la cantidad de vocales que contenga y, desde luego, de si la pista que describe el panel aclara algo o, al contrario, induce al error. Los concursantes intentan adivinar las consonantes, pueden comprar vocales con parte del dinero acumulado e intentan resolver el panel sin que los nervios les jueguen una mala pasada y confundan alguna letra al pronunciar la frase completa.

Volvamos por un momento al mes de octubre del año pasado e imaginemos que somos uno de los concursantes y tenemos delante un panel con tan solo una palabra de ocho letras y con la pista de «…lo que descuenta el mercado para 2023...». Después de hacer girar varias veces la ruleta y si hemos estado acertados en la selección de las consonantes, nos daríamos cuenta de que la palabra que nos haría ganar el panel no es otra que la de recesión. Lo que el mercado descuenta para el 2023 es una recesión.

Esa, en realidad, era la foto que el mercado tenía en ese momento si uno miraba el comportamiento de las bolsas, de la renta fija o, incluso, algunas de las materias primas. En los momentos más álgidos tan solo estaban en positivo el brent y algún índice de renta variable latinoamericana, mientras que cualquiera de las principales bolsas a uno y otro lado del Atlántico caían en el año entre el 20 % y el 30 %. Y la renta fija fruto de las intensas y reiteradas subidas de tipos de los bancos centrales caían igualmente a plomo. Bueno, lo que ya saben todos del annus horribilis que fue el 2022 en muchos aspectos y, en especial, el financiero.

Poco sorprende que tras un año en el que poco se salvó de la quema, este 2023 haya comenzado de la manera en lo que lo ha hecho. Hay pocas cosas que no hayan subido durante este mes y medio de mercado y, más o menos, lo que más castigo ha sufrido en el 2022 es de lo que más ha recuperado en este comienzo de año. Los índices globales han subido entre el 7 % y el 10 %, con especial mejor comportamiento de las pequeñas compañías y de todo lo relacionado con crecimiento (growth). Si uno echa un vistazo por geografías o estilos, la cosa cambia algo, pero en general el tono es bastante parecido: lo más castigado el año pasado es lo que mejor se ha comportado al cierre de enero.

Si hablamos de renta fija, los bonos han tenido el mejor o uno de los mejores comienzos de año de la historia, haciendo lo que tienen que hacer, cuando los bancos centrales de una u otra manera marcan ya el final del ciclo de subidas. El movimiento de estas semanas es parecido en Estados Unidos y en Europa, pero todo allí ha sido más abultado, porque los niveles de partida son más altos ya y porque el mensaje de la Reserva Federal es bastante más claro que el del Banco Central Europeo.Recuerden que la Fed ha subido en febrero otro cuarto de punto hasta fijar el tipo objetivo de los fondos federales hasta el 4,75 % y, tras esta subida, el mercado aumenta y mucho su expectativa de que poco o nada queda de subidas y, en cambio, hacia final de año es muy probable que ya veamos bajadas. ¿Por qué? Pues porque la presidencia incluye en sus palabras el término «desinflación». Aquí, el Banco Central Europeo subió otra vez los tipos oficiales 50 puntos básicos más, apunta que en marzo repetirá subida y, a partir de ahí, reconoce que su discurso dependerá mucho de cómo sean los datos macro. Nada realmente nuevo, la verdad.

Visto que el comienzo del año es francamente bueno y siguiendo con el símil del juego, en este 2023 hay cinco casillas en las que debemos evitar caer cuando giremos la ruleta. Como en el concurso, los efectos en nuestras inversiones dependen de la fuerza con la que giremos. Lo malo es que todos los peligros están muy próximos y enlazados. En primer lugar, la casilla de recesión. El mercado descuenta que habrá landing (moderación) más soft (moderada) que hard (más intensa), pero moderación, al fin y al cabo. Y aquí el mayor riesgo reside, sobre todo, para aquellas economías más vulnerables al riesgo combinado de estancamiento e inflación; que parece lejano, pero que ahí está.

En segundo lugar, la reapertura de China y sus políticas económicas. Este quesito es especialmente importante porque el giro de su política covid con el nuevo año ha sido crucial para la remontada y el cambio de percepción sobre el crecimiento de este año, como lo son también la gestión que haga el gobierno del delicado mercado residencial y, desde luego, de las políticas monetaria y fiscal.

En tercer lugar, el queso de los bancos centrales. Las políticas monetarias restrictivas que han aplicado hasta ahora han servido para ir atemperando los precios, pero es necesario que la gestión de sus balances siga en la misma línea. Las subidas han sido muy intensas y muy rápidas, y no olvidemos que hay un gap (hueco) natural entre que se suben los tipos y la economía lo recoge, y para que todo fluya en la misma dirección es importante que bajen los precios. Eso precisa tiempo… pero ya ha pasado tiempo y el mercado espera pruebas de que los precios bajen.

 En cuarta posición, la inflación o, mejor, la «desinflación». Estamos viendo que los precios se van moderando, aunque la base de la que partimos sigue siendo incómodamente alta para todos (por decirlo de alguna manera). Es fundamental que las materias primas sigan bajando de precio y, en especial, la energía. Las inflaciones de segunda ronda son más difíciles que se relajen tan pronto.

En quinto lugar, pero es casi lo más importante, se halla la geopolítica. El conflicto entre Rusia y Ucrania ya no sale en primera página de los periódicos y, sin embargo, sigue siendo la clave de todo lo que ha pasado en el mercado el año pasado y seguirá marcando este año. Especial atención merecen las tensiones derivadas de Estados Unidos y China. Sean el concursante de color azul, rojo o amarillo… recuerden que hasta en la Ruleta de la Suerte hay mucha estrategia. Hay que saber gestionar los comodines, la compra de vocales, cuándo resolver y, por supuesto, cuándo impulsar más o menos la ruleta para intentar llegar al bote o evitar la quiebra.

Álvaro Galiñanes Franco es director de Inversiones de Santander Private Banking Gestión.