El consejero delegado saliente de Indra era el último alto ejecutivo que quedaba de la etapa anterior a la llegada de Marc Murtra, el actual presidente avalado por el Gobierno
12 mar 2023 . Actualizado a las 14:48 h.Ignacio Mataix (Madrid, 1962) , el consejero delegado de Indra, deja la compañía. Se lo ha comunicado esta semana el grupo de tecnologías de la información y defensa al árbitro de la Bolsa. No es la versión oficial, pero en los mentideros bursátiles y empresariales del país todo el mundo da por hecho que lo hace por sus profundas desavenencias con el presidente de la empresa, Marc Murtra. Que para algo es Mataix el último alto ejecutivo que quedaba de la etapa anterior al desaguisado orquestado en el seno de la compañía por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) hace ahora cosa de un año para hacerse con los mandos del consejo de administración. Adiós, en definitiva, al último peso pesado de la era preMurtra en Indra. Y eso, a pesar de que la noticia de su marcha se ha intentado endulzar con la promesa de que seguirá ejerciendo sus funciones hasta el nombramiento del sustituto. Y que, después de eso, continuará vinculado a la compañía como asesor estratégico del consejo durante dos años.
Pero, lo cierto es que su salida le facilita —y mucho— las cosas al actual presidente y al Gobierno —que controla la SEPI—, cuyo plan, muy del gusto del PNV, pasa por desembarcar en el capital de ITP Aero, el fabricante vasco de motores y turbinas de avión, firma que Rolls-Royce acaba de vender al fondo estadounidense Bain Capital. Y es que, fue Mataix uno de los integrantes del antiguo consejo de Indra que con más fuerza se opuso a esa idea. Y eso, o quizá precisamente por eso, que pasó 14 años de su vida trabajando en la firma con sede en Zamudio, de la que era director general cuando, a principios del 2018, la abandonó para tomar las riendas de la división de Transporte y Defensa de Indra.
Mucho ha llovido desde entonces y, como siempre, no a gusto de todos. Y, sobre todo, para disgusto de Mataix, que lleva más de un año sufriendo en sus carnes el seísmo que ha provocado la SEPI en alianza con el grupo vasco SAPA (de la familia Aperrabay) y el fondo Amber Capital (el máximo accionista de Prisa). Con todo, puede presumir el ejecutivo de enfilar la puerta de salida con la frente bien alta. Acaba de cerrar en Indra un ejercicio que le ha reportado al grupo un beneficio de 172 millones de euros, un 20 % por encima de los cosechados el año anterior. Un «ejercicio histórico» en palabras del todavía consejero delegado y primer ejecutivo de la compañía el día que se hicieron públicos los números.
La reacción de los inversores, aplicándole un duro correctivo a la cotización de la empresa, también supone un espaldarazo a su gestión. Un 7,34 % se han dejado las acciones de Indra desde que se anunció su salida. En Indra, sin embargo, confían en ahuyentar las dudas del mercado a medida que avance el proceso de búsqueda del sustituto, algo de lo que se va a encargar una consultora independiente.
Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales por ICADE y Master en CEO International Programme por IESE Business School, inició Mataix su carrera profesional en ABN Amro, donde llegó a ser el primer ejecutivo de la entidad en Londres, hasta que con el cambio de milenio dio el salto al grupo Sener, especializado en ingeniería y tecnología. Dos años después llegó a ITP. Y de ahí, a Indra. Luego, ya se verá. Currículo no le falta al madrileño. Ganas de seguir peleando, tampoco. La aeronáutica, dice es una de sus pasiones. Por ahí pueden ir los tiros.
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