Changpeng Zhao, fundador de Binance, está bajo la lupa de los reguladores estadounidenses, que le acusan de operar ilegalmente en el país
02 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Aseguran los reguladores estadounidenses que él y su empresa se han saltado a la torera varias leyes de comercio y regulación financiera. Los acusan de haber operado ilegalmente en el país. Han llegado a esa conclusión después de haber estudiado todos y cada uno de los movimientos de la compañía durante dos largos años. Setenta y cuatro páginas ocupa la demanda. Por pesquisas, no será.
Otro nubarrón más en el ya más que revuelto universo cripto, que a ver si no se les va de las manos y acaba en agujero negro. Porque quien nos ocupa hoy es Changpeng, CZ, Zhao, fundador y máximo ejecutivo de Binance, la plataforma más usada del mundo para comprar y vender criptomonedas. De «inesperada y decepcionante» ha tachado el ejecutivo, uno de los hombres más ricos del planeta, la acción de las autoridades norteamericanas. De más que esperada, la califican, por el contrario, muchos de quienes vienen ya tiempo advirtiendo del peligroso mundo que es para la inversión eso de las monedas virtuales.
Nació Zhao en China (Jiangsu, 1977), pero contaba tan solo 12 años cuando su familia decidió hacer las maletas y abandonar el país. Lo hicieron dos meses después de las protestas de la plaza de Tiananmen que conmocionaron al mundo allá por 1989, tras haber sido etiquetado su padre, profesor en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hefei, una de las más influyentes de China, de «intelectual proburgués». Pies para qué os quiero. Su destino: Vancouver, en Canadá.
Allí pasó este gurú cripto, según sus propias palabras, lo mejor de su infancia y su adolescencia. Y eso que no estaban nada boyantes las cosas en casa. Así que, como había que arrimar el hombro y contribuir a la economía familiar, no tuvo más remedio el joven que trabajar en lo que salía: desde servir hamburguesas en un McDonald's o gasolina en una estación de Chevron, hasta arbitrar partidos de voleibol.
Llegado el momento de encarrilar su futuro, se decidió Zhao por estudiar Computación en la Universidad McGill de Montreal. Poco tiempo después empezó a trabajar en un software para la Bolsa de Tokio y también para Bloomberg.
Corría el 2005 cuando concluyó que había llegado el momento de volver sobre sus pasos y regresar a China. Andaba el gigante amarillo inmerso por aquel entonces en los inicios de la fiebre del oro tecnológico, y no quiso él dejar pasar el tren. Lo hizo en compañía de otros cinco expatriados. El destino: Shanghái.
Cuenta el relato que se ha construido el propio Zhao y del que no pocos dudan —por lo mucho que se ajustaría a cualquier guión de cine—, que su primer contacto con las criptomonedas llegó de la mano de una partida de póker. De película. Los rivales a medir: Bobby Lee, el entonces director ejecutivo de BTC China, la mayor plataforma del país, y Ron Cao, famoso inversor chino. No menos cinematográfico. Fueron ellos quienes lo animaron a colocar el 10 % de su patrimonio en criptomonedas. Poco debió de parecerle a un amante del juego como él. Tan poco, que decidió ir con todo —o eso cuenta—, vender su apartamento en Shanghái a cambio de bitcoins y encomendarse a la diosa Fortuna. Aunque antes, es cierto, trabajó en un par de compañías del sector para conocer de primera mano las tripas de la nueva tecnología. El flechazo fue tal que lo apostó todo a esa pasión y acabó montando Binance en el 2017. Un trabajo que le absorbe, dice, 16 o 17 horas de su jornada todos los días, lo que apenas le deja tiempo. El poco que le queda: para la familia y el gimnasio. Estos días seguro que anda un poco más liado con eso de la investigación.
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