El preciado metal amarillo alcanza máximos como valor refugio de inversión a la espera de que se estabilicen las turbulencias financieras y se reduzca la inflación
19 may 2023 . Actualizado a las 12:50 h.El precio del metal amarillo se infla, su cotización roza máximos históricos y emerge como valor refugio. En realidad, el oro —commodity de referencia, en la jerga inversora— nunca ha dejado de comportarse como una de las materias primas de mejor solvencia, al menos la que aporta una mayor estabilidad en tiempos de crisis — y de inflación— para poner el dinero a buen recaudo. Sobre todo, mientras dura la tormenta de la incertidumbre. Y eso, los inversores lo saben.
El último golpe que ha hecho retumbar los cimientos de la industria financiera ha producido la última estampida de capitales hacia el preciado metal amarillo. La crisis del banco suizo Credit Suisse y la decisión de penalizar a los inversores bonistas (títulos que sirven para reforzar el capital de los bancos) con la pérdida total de su dinero, ha hecho aflorar un riesgo mayor del esperado a un negocio inversor que ya arrastraba incertezas desde finales del año pasado a causa de la fuerte escalada de la inflación y la subida de tipos.
Pero la tormenta financiera desatada hace unas semanas ha terminado por sacudir la confianza, sembrar dudas y, consecuentemente, provocar una huida a la seguridad. El pánico ante la quiebra de los bancos regionales norteamericanos Silicon Valley Bank y el Signature Bank y, la caída del suizo Credit Suisse llevan a los inversores en volandas en busca de refugio. Y es en este momento cuando el oro cobra ventaja respecto a otras commodities (petróleo, gas, trigo o acero) para resguardar el dinero. Y no lo es por rentabilidad, que ahí gana la partida materias primas como el petróleo, pero sí por estabilidad. Se le considera la forma más vieja de almacenamiento de riquezas y la opción número uno de muchos en tiempos de incertidumbre.
Las cifras lo corroboran: en las últimas dos semanas, el metal amarillo ha logrado un alza de casi el 7 %, superando por primera vez en el último año los 2.000 dólares (1.834 euros) por onza; un valor similar al alcanzado entre los años 2008 y 2011, en plena crisis financiera. El año pasado apenas varió su precio, situado en los 1.820 dólares.
¿Si se va a consolidar como valor refugio a largo plazo? Eso dependerá de cómo evolucionen las turbulencias bancarias, aseguran varios expertos. Analistas de Coininvest coinciden en señalar que la codiciada materia prima es «uno de los activos históricamente más estables, con una rentabilidad segura», aunque no inmediata. El largo plazo es su atractivo. Raquel Herrero, experta en operaciones con metales preciosos de esta empresa de servicios financieros estadounidense, aconseja el oro como inversión «para diversificar, sobre todo cuando uno no sabe dónde hacerlo». Justifica la solidez del oro porque no se utiliza exclusivamente como un producto de inversión (un 8 % del total se utiliza como activo) «sino que principalmente se destina a joyería (50 %) y otro porcentaje significativo se dedica a la industria tecnológica».