Las autoridades de Competencia estrechan la vigilancia sobre los beneficios de las empresas porque temen que aprovechen la situación para mantener los precios demasiado altos
25 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.En Francia, los especialistas temen que las empresas estén aprovechando la situación de inflación que atraviesa la economía para aumentar sus márgenes. El último en poner el dedo en la llaga ha sido el presidente de la Autoridad de la Competencia, Benoît Coeuré, quien considera que dos tercios de la persistencia de la inflación se deben al «comportamiento de las empresas» que «suben sus precios por encima de sus costes», según ha declarado recientemente en una entrevista a Le Parisien. Coeuré, antiguo miembro del directorio del Banco Central Europeo, asegura que tiene «una serie de pistas muy claras e incluso más que pistas, hechos, que demuestran que la persistencia de la inflación se debe en parte a los beneficios excesivos de las empresas, que se aprovechan de la situación actual para mantener los precios altos». Y recuerda que, en tiempos normales, durante un largo período, un tercio de la inflación procedía del comportamiento de las empresas, que aumentaban sus precios más allá de sus costes, y dos tercios de la inflación tenían como origen el comportamiento de los asalariados, que demandaban incrementos retributivos. Sin embargo, explica, el BCE dice que «este año se ha producido lo contrario».
Efectivamente, el pasado mes de marzo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reconoció que la subida de precios estaba siendo alimentada por unos beneficios excesivos de las empresas y pidió un debate en el seno de la sociedad y de las empresas sobre un «reparto adecuado» de la carga de la inflación. De ahí la necesidad, calificada de «prioridad colectiva» por las autoridades francesas, de comprender dónde están los beneficios excesivos y utilizar los instrumentos adecuados para que este fenómeno no se traduzca en una inflación que se prolongue en el tiempo más allá de lo necesario.
Ahora están vigilando con especial atención ciertos sectores, pero Benoît Coeuré se guarda de dar el nombre de ninguna empresa. «Cuando sospechamos que existe un cártel, lo investigamos, pero no puedo decir más». En cualquier caso, promete mano dura contra los abusos, y advierte a aquellas empresas que consideran que nadie podrá demostrar sus prácticas. «Atención, estamos vigilantes, y tenemos los instrumentos para sancionar, incluso severamente», ha dicho. La Autoridad de la Competencia puede penalizar a las compañías que abusan de su posición dominante, ya sea porque se ponen de acuerdo sobre los precios, los volúmenes o la calidad de sus productos, ya sea porque recurren a prácticas que perjudican a sus clientes o proveedores. «Ya lo hicimos el año pasado», afirma Boeuré a Le Parisien, «en el sector de la energía, con Gaz de Bordeaux, o en el de la salud, con EssilorLuxottica, que se oponía a la venta en línea de lentes ópticas». El objetivo es identificar las rentas excesivas en una economía como forma de aumentar el poder adquisitivo.
Es lo que hicieron el año pasado al impedir que fusionaran las cadenas de televisión TF1 y M6. Los dos grupos no se unieron porque, en caso contrario, podría haber provocado un aumento significativo del precio de la publicidad, que se habría trasladado a un aumento de los precios de los productos pagados por los consumidores, según Competencia. La autoridad ha presentado al Gobierno propuestas para mejorar el funcionamiento de algún sector, como harán en una semana sobre los riesgos de la nube, donde una empresa cliente puede encontrarse prisionera de un servicio. «Los atraen con costes de entrada bajos, pero los costes de salido son muy altos», dice Benoît Coeuré, quien justifica los 23 millones de presupuesto de su oficina. «En los últimos diez años, hemos aportado al Estado una media de 700 millones de euros al año. Eso significa que si el contribuyente invierte un euro Competencia, recupera 20».