Diane Hendricks, de conejita PlayBoy a superempresaria

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La mujer más rica de EE.UU., cuya fortuna se estima en 17.000 millones de dólares, encarna el sueño americano de persona hecha a sí misma, capaz de sortear adversidades y llegar a la cima: lleva con éxito ABC Suply,  el mayor distribuidor de materiales de construcción del país, que fundó junto a su marido

31 oct 2023 . Actualizado a las 17:53 h.

Encarna a la perfección eso que llaman el sueño americano. Que no es otra cosa que tenerlo todo, o casi todo, en contra —incluido lo de ser mujer— y, aun así, llegar a lo más alto. Y además, e igual precisamente por eso, es todo un arquetipo del patriotismo americano. «Amo este país. Estoy tan agradecida de haber nacido en Estados Unidos [...] Nunca me topé con ninguna puerta que no se abriera para mí. Nunca pensé que por ser mujer no podría hacer lo que hago», repite envuelta en convicción siempre que se le presenta la oportunidad. Su casa, de casi 3.000 metros cuadrados en el sur de Wisconsin, rebosa de ese patriotismo del que su propietaria hace gala. No le falta detalle: desde una estatuilla de Ronald Reagan a caballo, hasta una foto suya con Donald Trump, pasando por las consabidas barras y estrellas por doquier.

Fácil, fácil, no lo tuvo. Para empezar, lo suyo es una escalada desde la América profunda. Porque Diane Hendricks nació en 1947 en Osseo, un pequeño pueblo de Wisconsin de apenas 1.800 habitantes. En el seno de una familia de granjeros. Su padre regentaba una modesta explotación lechera. Todavía no había cruzado el umbral de la adolescencia y ya tenía muy claro que no quería pasarse la vida enredada con las labores del campo. «No quiero ser agricultora, y no quiero casarme con un agricultor», ha relatado en alguna entrevista que pensaba por aquel entonces. Eso, y que soñaba con usar traje y trabajar en Mineápolis. No pudo ser. Al menos en aquel momento. Con 17 años se quedó embarazada. Se casó con el padre de la criatura y se fueron a vivir a Janesville. Tres años después, llegó el divorcio. Y a Diane le tocó remangarse para sacar adelante ella sola a la familia. «Tienes que hacer lo que tienes que hacer», dice cuando recuerda esa época de su vida.

Y es que, antes de llegar a ser una de las mujeres más ricas del mundo —Forbes, que la calificó como la empresaria más exitosa de la historia de Estados Unidos, le calcula una fortuna de 17.700 millones de dólares— fue camarera, vendedora a domicilio, empleada de una fábrica de lápices y hasta conejita en el Playboy Club Local. Todo, con tal de pagar las facturas y que en casa no faltase lo imprescindible. También trabajó después para una inmobiliaria. Vendiendo casas. Fue así como conoció a Ken Hendricks, un contratista especializado en tejas con quien se casó en 1976.

Seis años después de pasar por la vicaría, fundaron juntos ABC Supply, hoy el mayor distribuidor de materiales de construcción del país. Diane es la presidenta y única propietaria de la compañía desde la muerte de su marido en un accidente de la construcción en el 2007. «Haciendo realidad el Sueño Americano desde 1982», es el eslogan de la empresa. Y por si a alguien se le ha pasado por la cabeza — por aquello de que fue conejita Playboy— que quizás el mérito del imperio levantado fue del marido, un dato: desde que este murió, el valor de la empresa se ha multiplicado por más de tres. La compañía ha seguido creciendo con la compra de rivales y la apertura de más tiendas, y ahora es cinco veces más grande que cuando Ken Hendricks estaba vivo. Y si en lo profesional ha batallado todo y más, no lo ha hecho menos en lo personal. Ha luchado a brazo partido —y vencido— contra dos cánceres. El primero, de útero, se lo detectaron con solo 33 años. El segundo, de mama, a los 69. Para que luego algunos trasnochados con olor a naftalina lo sigan llamando el sexo débil.

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