La empresa Ecocelta comercializa humus de lombriz de calidad y ha lanzado la primera arena para mascotas elaborada con concha de mejillón
12 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Cerrar el ciclo de un residuo; es el objetivo que lleva persiguiendo desde su nacimiento la empresa Ecocelta, que celebra esta semana los veinte años de su creación, en Ponteareas, y que presentó este año sus penúltimas innovaciones: un biofertilizante ecológico para suelos ácidos; y la primera arena higiénica ecológica para mascotas. Pero está a punto de llegar al mercado su último desarrollo, la primera infusión fertilizante para plantas patentada en todo el mundo: «Hemos metido humus de lombriz concentrado en saquitos de 20 gramos, con los que se hace una infusión de 4 litros para regar macetas o cultivos domésticos», explica Sergio Quiroga, CEO de la empresa.
Este ingeniero agrónomo argentino con raíces gallegas llegó a Galicia en el 2001 para una visita familiar, pero terminó quedándose. Comprobó que el tema de gestión de residuos estaba «muy en pañales», por lo que se le abrió una vía en la que encauzar su vida profesional. Y de un curso de creación de empresas para retornados salió el germen de Ecocelta, con un proyecto de producción de abono ecológico: «Entonces no se hablaba de compostaje», cuenta. Se lanzó a emprender y en el 2002 salió su primera cosecha de humus de lombriz, «un producto que necesitaba el mercado y que suponía una oportunidad medioambiental».
Pero no todo fue fácil para este emprendedor a lo largo de las dos décadas que han pasado desde entonces; la crisis del 2008 le pilló con varias inversiones hechas y poca liquidez. Pero explica que siempre apostó por el I+D y eso fue lo que les salvó. Se centró en los humus de lombriz de calidad y ahora se mantiene con la producción de estos abonos ecológicos que venden por toda Galicia: «Vendemos muy poco fuera porque son sacos muy grandes y el transporte sale caro. Y precisamente han hecho de este problema una oportunidad con el último producto que ha patentado: los citados saquitos de té con fertilizante concentrado, cuya idea nació tras la pandemia, al ver cómo surgían muchos huertos urbanos: «Así podemos venderlos por internet y sacarle rentabilidad».
Su otro producto estrella de este año se llama Arenamar, un sustituto compostable de la arena de sepiolita utilizada como lecho higiénico de mascotas, elaborada con restos de concha de mejillón y especialmente pensada para gatos. Y su desarrollo también tuvo algo de casualidad. Ecocelta, junto a representantes del sector conservero y depuradoras de molusco, inició en el 2017 un proyecto llamado Celtacal de gestión de la concha de moluscos, que culminó con la patente del primer biofertilizante del mundo con certificado ecológico para suelos ácidos, registrado en el 2019. Quiroga comprobó en las instalaciones de la empresa cómo los gatos elegían las superficies en las que tenían los residuos del molusco para hacer sus necesidades; testó este producto en su propia casa, con su mascota, y descubrió que se conseguía eliminar el desagradable olor que los restos de los animales dejan en casa. «Además, el actual consumo de sepiolita, un mineral absorbente base de la arena para animales domésticos, es a gran escala, de origen extractivo y no compostable», subraya. Patentaron el producto y lo presentaron en Gadisa, que desde hace meses lo distribuye en su red de supermercados. Esta empresa, que es socia del Clúster das Ciencias da Vida Bioga, obtuvo el pasado agosto la patente de Arenamar, un lecho higiénico para mascotas totalmente natural que se presenta como una alternativa local y sostenible a las arenas para mascotas que se ofertan en el mercado.