Javier Milei venció en las elecciones argentinas con un programa electoral que se basó en tres premisas muy simples: un gobierno limitado, respeto a la propiedad privada y comercio libre. Al día siguiente de ganar las elecciones afirmó: «Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado va a estar en las manos del sector privado» y que «no habrá gradualismo ni tibieza». Las privatizaciones, que comenzarán con el conglomerado de medios públicos (televisión pública, radio nacional y la agencia estatal de noticias Télam), la petrolera YPF (después de sanearla) y la empresa de energía Enarsa. A esa lista añadió los trenes, la empresa de aguas estatal y la compañía Aerolíneas Argentinas.
La mayoría de analistas dan por seguro que Argentina se aproxima a un proceso de ajuste para corregir su abultado déficit y eso implicará reducir el gasto público en un 15 %, lo que vendría acompañado también de una eliminación de impuestos y de una reforma laboral. Por otra parte, se quiere crear un Ministerio de Capital Humano para ayudar a eliminar la desigualdad de oportunidades y que englobará a Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social. Es posible que el problema más inmediato a resolver sea el de las letras de liquidez (Leliq), que son títulos de deuda emitidos por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para absorber el excedente de pesos de la economía. Para evitar que los pesos emitidos presionen a la inflación, el BCRA fija un tipo de interés mínimo que los bancos comerciales deben pagar a los ahorradores y les ofrece a las entidades financieras estos instrumentos de deuda pagándoles un interés mayor.
Esta deuda del BCRA con los bancos comerciales se renueva incrementando los intereses pagados por encima de la inflación, a cambio de inmovilizar una parte del dinero en circulación, para intentar reducir la presión sobre el dólar y los precios y para financiar el déficit fiscal. A esto se suman los intereses generados por esas Leliqs, en una espiral sin fin, lo que generó la llamada bola de Leliq. Deshacer la bola de nieve de la deuda es un importante problema a resolver, puesto que la emisión para la renovación es la causante de gran parte de la inflación.
Hasta la toma de posesión el próximo día diez de diciembre, la mirada estará puesta en la cotización del denominado dólar blue, aquel que sube y baja libremente de acuerdo con la oferta y la demanda. El término dólar blue se utiliza para referirse al dólar comprado ilegalmente en el mercado negro. Se le considera el verdadero termómetro de la situación política y económica del país. Suele tener un tipo de cambio que se encuentra muy por encima del dólar oficial (1.000 pesos por unidad frente a los 350 oficiales, aproximadamente), y mantenerlo bajo control será el principal desafío durante la transición.
La iniciativa estrella de Milei en materia económica es la dolarización de la economía y el cierre del Banco Central. El presidente electo de Argentina propone utilizar el dólar estadounidense como moneda oficial para controlar los elevadísimos niveles de inflación. Los expertos coinciden en que para llevar a cabo esta medida es necesario rescatar el total de los pesos que circulan en la economía y entregar a cambio dólares para todas las operaciones. Y eso es poco viable en el corto plazo, porque en estos momentos no hay reservas de dólares.
El problema es que Javier Milei solo tiene ocho senadores de un total de 72, y 38 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados. Aunque se negaba antes de ganar las elecciones, Milei deberá llegar a acuerdos con otras formaciones para llevar a cabo sus promesas electorales. Es decir, necesitará la ayuda de lo que llama «casta» política si quiere poner en marcha la mayoría de sus reformas.