Espina y Delfín crece en España y abre delegación en Valladolid

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Cierra el 2023 con una cifra de negocio de 48 millones, busca ganar cuota en un sector del agua gallego que lidera, y consolidarse en Portugal y Colombia

10 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La incorporación de Alejandro Amoedo como director general de Espina y Delfín a finales del 2022 ha marcado un punto de inflexión en la compañía santiaguesa, creada en 1977 y que es el principal grupo gallego dedicado al ciclo integral del agua, en el que presta asistencia técnica, diseña, fabrica, construye y mantiene distintas infraestructuras en el sector público y privado, al tiempo que gestiona servicios de abastecimiento, saneamiento y depuración en medio centenar de ayuntamientos gallegos. Amoedo explica que el plan estratégico 2023-2026 pretende transformar la compañía, tanto en la mentalidad de los trabajadores como en su organigrama. Entre las líneas maestras figura la apuesta por el desarrollo del talento y la formación, así como la potenciación de departamentos como el de I+D+i: «La empresa innova desde su fundación, siempre lo ha hecho. Ahora se trata de un cambio de enfoque: queremos procedimentar el I+D+i, y hemos hecho un departamento con un responsable, y comités con equipos multidisciplinares», para adoptar también un mayor protagonismo en las alianzas con otros expertos para el desarrollo de proyectos.

El objetivo final del plan estratégico «es crecer con rentabilidad, siempre asegurando el servicio y la calidad, que es para nosotros lo más importante», indica Amoedo, para defender así la independencia de una compañía que tiene como administradores desde 1997 a la segunda generación familiar (Rosa Blanca y Óscar Rodríguez): «Somos una rara avis en un sector en el que competimos con empresas que forman parte de grupos multinacionales importantes, o que tienen como accionistas a fondos de inversión»; otra finalidad del plan es generar cada vez un mayor impacto positivo en las comunidades donde trabaja.

 Con el plan cuatrienal Espina y Delfín busca «un crecimiento orgánico, ganando cuota de mercado en Galicia, donde ya somos líderes» por número de servicios de aguas gestionados, y también fuera de la comunidad. En ese crecimiento nacional se enmarca la apertura de una delegación en Valladolid, que deja ver sus primeros resultados con contratos como depuradoras en Cisneros y Torquemada, en Palencia, para Somacyl, por importe de 925.000 euros; o en el parque natural de Babia y Luna (León), por 1,44 millones. En torno a la delegación de Valladolid pivotará el crecimiento en Castilla y León, Asturias y Madrid.

El director general señala que a nivel internacional, la compañía pretende consolidarse, con cifras de negocio estables, en Portugal (donde opera desde el 2003) y en Colombia, adonde llegó en el 2012, y para ello ha reforzado allí sus equipos. En otros mercados, Espina y Delfín buscará proyectos concretos de alta rentabilidad, financiados por organismos multilaterales para garantizar su cobro. Es el caso de sendas obras que ejecuta en Haití (9,8 millones de euros) y Senegal (5,7).

La compañía con sede en Santiago también construye en Portugal una estación de tratamiento de aguas residuales en Cantanhede (llegará a 11 millones de euros con la revisión de precios) y acometerá para AENA la nueva EDAR del aeropuerto de Santiago (4,4 millones).

Alejandro Amoedo estima que Espina y Delfín, con una plantilla de 400 empleados, cerrará el 2023 con una cifra de negocio de 48 millones de euros, ocho más que en el ejercicio precedente, una cantidad en la que los servicios de aguas representan en torno a 26 millones, mientras la construcción de obras hidráulicas supone los 22 millones restantes (35 % obras nacionales y 65 % internacionales).

El director general destaca la integración vertical de la compañía, con departamento de ingeniería, obra civil, taller de calderería propio, taller electromecánico para reparación de bombas y equipos, y un laboratorio en el que se ha realizado una fuerte inversión para incorporar nuevos parámetros a las analíticas del agua. Una estructura que «nos da una inmediatez de la que carecen las otras empresas», indica.

«La digitalización es una apuesta indubitada de la compañía»

Espina y Delfín es la única empresa de Galicia que ha logrado en solitario fondos del Perte, en su caso de digitalización del agua. Son 7 millones los concedidos por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, que la firma completará con otros tres millones para su proyecto de digitalización del ciclo urbano del agua. Beneficiará a los 80.000 habitantes de Vilagarcía, Vilanova de Arousa, Negreira, Palas de Rei, Sarria, Cerceda, Cartelle, Coirós y Leiro, con actuaciones que incluyen telelectura de contadores (cada uno lleva una tarjeta sim para transmitir datos), instalación de caudalímetros, sectorización de redes y gemelos digitales que replicarán cada red. En la práctica, esa digitalización permitirá el ahorro de agua (la sectorización de las canalizaciones y el empleo de inteligencia artificial permite agilizar la localización de fugas) y optimizar las redes de distribución.

La ayuda del Perte permitirá «una digitalización exprés en esos 9 municipios. Pero la hubiéramos hecho también sin esos fondos europeos, porque la digitalización es una apuesta indubitada de la compañía», asevera Amoedo. De hecho, concurren de nuevo a la segunda convocatoria que cierra plazo el próximo miércoles día 13, para incluir nuevos ayuntamientos en esa digitalización. Son servicios de aguas municipales, que Espina y Delfín complementa con la depuración industrial, con clientes en sectores como el alimentario (acaban de mejorar la depuradora de InLeit), metal y madera, expone Amoedo.